Por un instante, Changuinola volvió a latir con algo parecido a la normalidad. Fue el sábado 17 de mayo, cuando tras más de dos semanas de bloqueos ininterrumpidos, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera (Sitraibana) y los docentes en paro, concedieron una tregua: abrieron temporalmente las vías por cuatro horas, permitiendo el libre tránsito en la provincia.
La apertura de vías se dio producto del diálogo entre representantes del gobierno de José Raúl Mulino y el sindicato. Desde las 11:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde, los pasos cerrados en las principales vías de la provincia de Bocas del Toro fueron reabiertos. Y Carmen, como muchos otros, aprovechó cada minuto.

“Fue un alivio total”, dice con voz aún emocionada. En ese breve paréntesis, la población se volcó a la calle. Los carros, muchos ya al borde de quedarse sin combustible, colmaron las gasolineras. Las familias salieron a comprar comida, a hacer trámites pendientes, a respirar. “La gente iba de acá para allá, ponían gasolina, iban a los mandados, a buscar sus carros varados, a llevarlos a sus viajes. Fue un movimiento total”, narró a La Prensa.
Con la apertura, se desarrolló la “mega feria interinstitucional”, organizada por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y otras entidades. Fue un mercado de productos básicos, lo que dio un respiro a la población, que pudo adquirir alimentos a precios accesibles en medio de la incertidumbre económica.
Sin embargo, la apertura no duró un segundo más de lo prometido. “A las 3 en punto, ni más ni menos, volvieron a cerrar”, contó Carmen.
Los transbordos
La ciudad, fragmentada por los bloqueos, se mantiene unida por una cadena improvisada de transbordos. “Para ir de una finca a otra hay que pagar 70 centavos por tramo. Si compras comida, debes pagar un taxi, una moto, o un ‘llevo-llevo’. Y si no tienes con qué, te insultan, te gritan”, relata. En cada cierre hay dos puntos: uno en la entrada de la finca y otro más adelante. “Así nos movemos, como podemos. Estamos agotados”, añadió.

Entre los más afectados, los camioneros. Varados por días completos en el puente sobre el río Changuinola, esperan que alguien les diga si podrán seguir o no. “Hay choferes que llevan ahí 3, 4, hasta 5 días. Nadie les da respuestas. No saben si seguir esperando o dar la vuelta”.
Carmen también denuncia tensiones crecientes entre los manifestantes y los pobladores. Aunque en los bloqueos a los protestantes se les ve “contentos”, muchos otros, como ella, ya están “cansados, cabreados”. Acusa a ciertos sectores de lucrar con el caos. “Los transportistas selectivos están haciendo plata como nunca. Les conviene que esto no se resuelva”, narró.

Aquel sábado, durante las cuatro horas de respiro, los docentes que están en paro desde hace más de 20 días, incluso contaban en sus estados de WhatsApp cuánto tiempo quedaba para que se volviera a cerrar. “Le quedan tantos minutos, tantos segundos. ¿Cómo puedes actuar así cuando deberías estar enseñando respeto?”, se preguntó Carmen, visiblemente afectada.
La tregua pasó, el cierre volvió y Bocas del Toro regresó a su encierro. Pero en esas cuatro horas quedó la prueba de que el pueblo, aunque golpeado, sigue buscando cómo respirar entre la asfixia del conflicto.
El conflicto
Los cierres en Bocas del Toro, son promovidos por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera (Sitraibana), quienes piden la derogación de la Ley 462 que reformó la norma de la Caja de Seguro Social (CSS).
Uno de los puntos de mayor polémica es la aparente diferencia entre los artículos que regulan el subsidio por enfermedad. El sindicato alega que, mientras la Ley 45 exige que la enfermedad cause al menos un 50 % de incapacidad para que el trabajador tenga derecho al 80 % del salario, la Ley 462 omite esa condición.
No obstante, Francisco Bustamante, asesor de la Caja de Seguro Social, dice que esto, lejos de representar un retroceso, significa una mejora: “Ahora basta con que haya una incapacidad. No importa si es del 10 %, 20 % o 40 %. El derecho al subsidio se mantiene”, argumentó.
El diálogo
Una comisión oficial, encabezada por la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Jackeline Muñoz de Cedeño, y el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, sostiene conversaciones con el sindicato bananero. Como resultado de este acercamiento, el gremio accedió a conceder la tregua del sábado.