La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) dedicó su comunicado La Cámara Opina para rechazar contundentemente el proyecto de ley que otorgaría amnistía a los expresidentes Ricardo Martinelli (2009-2014) y Juan Carlos Varela (2014-2019), ambos involucrados en actos de corrupción.
El gremio empresarial indica que, mientras en la Contraloría General de la República culmina una auditoría a Panama Ports Company —y califican esta acción como oportuna hacia la transparencia, la legalidad y el compromiso con la verdad—, en la Asamblea Nacional se presenta un proyecto de ley que erosiona la confianza de la ciudadanía y afecta la justicia.
“En la Asamblea Nacional se presenta un proyecto de ley que va en sentido contrario. Se trata de una propuesta que pretende otorgar amnistía a personas condenadas —o que resulten condenadas— por delitos de corrupción en casos emblemáticos como New Business, Odebrecht y Blue Apple. Esta iniciativa contradice directamente la actuación responsable de la Contraloría y la Procuraduría, y representa un intento burdo de socavar el Estado de derecho”.
La Cciap advierte que la Constitución es clara: la amnistía aplica exclusivamente a delitos políticos.
“Intentar extender esa figura a delitos comunes, y peor aún, a casos de corrupción, es un grave atropello legal y moral. Es una señal de impunidad que erosiona la confianza ciudadana y hiere profundamente el sentido de justicia”, advierte el gremio.
En tal sentido, exigen al Órgano Legislativo que rechace de plano esta propuesta, y al Ejecutivo que no la respalde bajo ninguna circunstancia.
“Todo esto ocurre mientras Panamá enfrenta un escenario internacional delicado, particularmente en su relación con Estados Unidos, uno de nuestros principales socios comerciales y estratégicos. En medio de esta coyuntura, el país necesita orientación, madurez y unidad”.
El gremio del sector empresarial indica que no es momento de agendas ocultas ni de aprovechar la confusión que se vive por otros temas para fines políticos.
“Panamá es un país pequeño, pero con un gran valor estratégico. Nuestra fortaleza no está en la confrontación ni en el ruido político: está en el diálogo, en el consenso, en el respeto al multilateralismo, en la defensa firme de nuestras instituciones y nuestra soberanía”.
Consideran que es momento de poner a Panamá por delante de cualquier interés personal o partidista. “Lo que está en juego va más allá: está en juego la credibilidad de nuestras instituciones, la estabilidad de nuestra democracia y la confianza de los ciudadanos en su futuro”.
Reiteran que el país necesita justicia firme, instituciones sólidas y una ciudadanía unida.