En un operativo conjunto entre la Policía Nacional y el Ministerio Público, fue aprehendido este viernes Eugenio Magallón, un exmilitar condenado por el asesinato del sacerdote católico Héctor Gallego, desaparecido durante la dictadura militar en Panamá. El arresto representa un nuevo avance en el esclarecimiento de uno de los crímenes más emblemáticos del régimen castrense.
El Ministerio Público confirmó que Magallón, quien había sido sentenciado en 1994 a 15 años de prisión por el homicidio de Gallego, se mantenía prófugo de la justicia. Su captura se logró tras varios allanamientos coordinados en las provincias de Panamá y Chiriquí, como parte de una investigación en curso por delitos contra la vida y la integridad personal.
La información fue confirmada por el director de la Policía, Jaime Fernández.

En tanto, en el corregimiento de Juan Díaz fue aprehendido el hijo del sospechoso, a quien se le decomisó en su residencia un arma de fuego tipo pistola, dos proveedores, municiones y otros indicios.
La historia
Corría el año 1970 cuando el sacerdote colombiano Héctor Gallego llegó a Santa Fe, una apartada comunidad rural en Veraguas, dos años después del golpe de Estado liderado por la Guardia Nacional. En un entorno dominado por terratenientes y marcado por la pobreza, Gallego se dedicó a predicar el Evangelio y a promover la organización campesina, lo que cambiaría radicalmente la dinámica social del lugar.
Con el impulso del sacerdote, nació la Cooperativa La Esperanza del Campesino, una organización que permitió a los agricultores locales comercializar sus productos sin depender de los comerciantes tradicionales. La propuesta fue acogida con entusiasmo por la población, pero despertó la animadversión de los terratenientes, quienes vieron en el proyecto una amenaza directa a sus intereses económicos.
El 9 de junio de 1971, Gallego fue sacado violentamente de su casa por miembros de la Guardia Nacional. Según los testimonios recopilados, Eugenio Magallón, junto a otros dos agentes del aparato de inteligencia militar G-2, participó en la detención. A partir de entonces, el sacerdote desapareció sin dejar rastro, y durante décadas su paradero fue un misterio que alimentó la indignación y la exigencia de justicia de cientos de panameños.

No fue sino hasta 1994 cuando el Segundo Tribunal Superior condenó a 15 años de prisión a Magallón —entonces prófugo— y a los exmilitares Melbourne Walker y Nivaldo Madriñán por su responsabilidad en el crimen. Sin embargo, durante el juicio, ninguno de los acusados reveló la ubicación del cuerpo del sacerdote. En 1999, un hallazgo en el antiguo cuartel de Los Pumas generó esperanzas, pero las pruebas de ADN confirmaron que los restos pertenecían al dirigente sindical Heliodoro Portugal.
En 2015, el Ministerio Público reabrió los casos de desaparecidos durante la dictadura militar, incluyendo el de Gallego. Un lote de 60 restos óseos fue enviado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, abriendo una nueva posibilidad para ubicar los restos del sacerdote. Sin embargo, los resultados no han dado una respuesta definitiva a la búsqueda iniciada hace más de cinco décadas.
Además, en diciembre de 2024, la Procuraduría General de la Nación, a través de la Sección de Homicidio y Femicidio de la Fiscalía Regional de Veraguas, reabrió la investigación por la desaparición forzada del sacerdote Jesús Héctor Gallego Herrera. Esto ocurrió luego de la solicitud presentada ante el Tribunal Superior del Segundo Distrito Judicial, basada en las recomendaciones que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hiciera al Estado panameño.
De acuerdo con las conclusiones de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, la causa se encuentra vigente en el tiempo de forma permanente y continuada hasta que se logre ubicar los restos humanos del sacerdote.