Con los ánimos aún caldeados en las calles de Bocas del Toro y el conflicto laboral sin resolverse, la delegación del Gobierno del presidente José Raúl Mulino llegó la tarde de este domingo 18 de mayo al aeropuerto de Changuinola para intentar destrabar el diálogo con el Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera (Sitraibana), que mantiene paralizado al sector y en vilo a toda la provincia.

Encabezada por la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Jackeline Muñoz de Cedeño, y el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, la comisión gubernamental aterrizó poco después de las 3:00 p.m. en la terminal aérea.
El objetivo: continuar las conversaciones con los líderes sindicales, quienes insisten en la derogación de la Ley 462, que reestructura la Caja de Seguro Social (CSS). Alegan que esta norma colisiona con la Ley 45 de 2017, que rige el sistema de pensiones de los trabajadores bananeros. El sindicato está representado por su secretario general Francisco Smith.

El nudo del conflicto
Uno de los puntos de mayor polémica es la aparente diferencia entre los artículos que regulan el subsidio por enfermedad. El sindicato alega que, mientras la Ley 45 exige que la enfermedad cause al menos un 50 % de incapacidad para que el trabajador tenga derecho al 80 % del salario, la Ley 462 omite esa condición.
No obstante, Francisco Bustamante, asesor de la Caja de Seguro Social, dice que esto, lejos de representar un retroceso, significa una mejora: “Ahora basta con que haya una incapacidad. No importa si es del 10 %, 20 % o 40 %. El derecho al subsidio se mantiene”, argumentó.
El diálogo del pasado sábado concluyó entrada la noche sin acuerdos sustantivos, pero con el compromiso de ambas partes de volver a la mesa este domingo.
El conflicto ha escalado en los últimos 15 días con marchas, bloqueos y tensiones crecientes entre las comunidades bananeras, el Gobierno y los empresarios del sector.
Vías cerradas
Mientras tanto, los accesos entre las distintas fincas bananeras de Bocas del Toro permanecen bloqueados. El tránsito en la región sigue siendo una carrera de obstáculos: para movilizarse, los habitantes deben realizar transbordos constantes entre cada punto de cierre. Taxis, motocicletas, bicicletas e incluso caminatas improvisadas se han convertido en parte de la rutina diaria de quienes necesitan llegar a sus hogares, trabajos o centros de atención médica.
El pasado sábado 17 de mayo, se registró una breve tregua. El Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera ordenó levantar los bloqueos de forma temporal entre las 11:00 a.m. y las 3:00 p.m., permitiendo la circulación de vehículos y personas durante esas cuatro horas. Coincidiendo con esta apertura, el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) organizó una feria de productos básicos, lo que dio un respiro a la población, que pudo adquirir alimentos a precios accesibles en medio de la incertidumbre económica.
Aunque la jornada ofreció algo de alivio, no resolvió el panorama general. Con los bloqueos reanudados al caer la tarde, la tensión volvió a instalarse en las carreteras y la sensación de aislamiento persiste en muchas comunidades.
Algunos productores y lugareños afirman que se sienten secuestrados en su propia provincia.