Lo que parecía una broma en redes sociales con el término “perremeñismo” cobró seriedad el pasado 1 de julio. El concepto refleja parte de la confusión que generó el Partido Revolucionario Democrático (PRD), tras marcarse como oposición, pero respaldar a la excandidata del Partido Realizando Metas (RM) a la presidencia de la Asamblea Nacional, Shirley Castañedas.
El PRD excusó la decisión tachándola de “acto administrativo” y no como un compromiso político, pero envió un mensaje “contradictorio y confuso” a la sociedad y a las bases del colectivo, en palabras del exsecretario general del PRD, Pedro Miguel González, consultado este martes 8 de julio por La Prensa.
Pero las decisiones de la bancada del PRD no sorprenden a Francisco Sánchez Cárdenas, fundador y exmiembro del PRD. Para él lo que ocurrió es la materialización de una relación política que se remonta al final del gobierno del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014).
🚨COMUNICADO DE LA BANCADA DE DIPUTADOS🚨
— PRD Panamá (@PRDesPanama) July 1, 2025
Reafirmamos con claridad que nuestra bancada se mantiene firme como fuerza de OPOSICIÓN , con independencia de criterio y compromiso con la ciudadanía.#PRD pic.twitter.com/3ndYwTWCZb
“Lo que estamos viendo es una historia vieja, una historia que ya tiene más de 14 años (…). El PRD, apoyando la candidatura de la señora Castañedas para la presidencia de la Asamblea, representa los intereses de Ricardo Martinelli”, dijo Sánchez Cárdenas a este medio.
Por aquellos años del mandato de Martinelli, Sánchez Cárdenas presidía el PRD (2009-2012), hasta que el colectivo se volcó por una nueva directiva que impulsaba a Juan Carlos Navarro como candidato presidencial en las elecciones de 2014.
“Nosotros hemos venido combatiendo [la influencia de Martinelli] desde el año 2011, cuando se dio el apoyo de Ricardo Martinelli a la candidatura de sus seguidores dentro del partido, como fue Juan Carlos Navarro [actual ministro de ambiente] o Benicio Robinson [diputado y directivo del PRD] eso siguió con el apoyo a la candidatura misma de Juan Carlos Navarro a la presidencia de la República", señaló Sánchez Cárdenas.
En la actualidad, el partido está golpeado. Perdió 107 mil 437 miembros en un año, cuando se comparan las cifras de inscritos publicadas por el Tribunal Electoral (TE) antes de la elección presidencial de mayo de 2024 y las más recientes, publicadas el pasado 3 de julio de 2025.

La debacle se asienta sin que se perciban aires frescos de relevo generacional en el colectivo y el silencio reina en la cúpula sobre la que aún tiene influencia el diputado Benicio Robinson, a pesar de que el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN), que presidía, puso sus cargos a disposición en octubre del 2024.
Para restructurarse, el CEN informó la convocatoria a un Directorio Nacional Extraordinario del PRD para septiembre de 2025. Será —al menos sobre el papel— la oportunidad para revisar el rumbo del partido.
González afirma que el problema va más allá de la dirigencia del partido o de las decisiones de la bancada legislativa. “Benicio Robinson y sus adláteres no son el problema del partido, sino el resultado del problema. Superar esta etapa oscura y vergonzosa no solo requiere un relevo en la dirección, sino un cambio en los paradigmas que determinan los liderazgos institucionales y electorales del partido”, apuntó.
En términos similares, Sánchez Cárdenas sostuvo que no ve una verdadera intención de cambio en la actual dirigencia. “La misma sustancia del partido está dañada […] no veo ningún tipo de intención de esta dirigencia de rectificar, de corregir, de enrumbar a ese partido que un día tuvo planteamientos nacionalistas, populares y económicos que le dieron algún buen resultado al país.”
Las últimas actuaciones del PRD en el Legislativo han provocado la confusión de las bases y de la sociedad que esperaba en el partido una oferta electoral distinta. Particularmente, el colectivo se opuso a la reforma a la Caja de Seguro Social (CSS), impulsada por el Ejecutivo y defendida por la bancada RM, pero eventualmente, hubo un giro en las decisiones que responde a “salvar espacios” del partido en la Asamblea, según González.
Las contradicciones miran en el espejo del Ejecutivo, que integran reconocidas figuras de trayectoria perredista como Juan Carlos Navarro, actual ministro de Ambiente —quien recientemente agradeció a Ricardo Martinelli, fundador del partido RM, por el triunfo del actual gobierno—, Javier Martínez-Acha, ministro de Relaciones Exteriores o Anel Flores, contralor general de la República.

No obstante, González señala que el PRD aún puede ejercer oposición, aprovechando otras contradiccinoes: “Podremos ver en el futuro inmediato a diputados de la nueva mayoría votando con el gobierno y al PRD haciendo oposición. No tengo dudas de ello”, dijo, en una predicción anticipada de otra unión legislativa que genera cautela, la presidencia ganada por el diputado panameñista Jorge Herrera con el apoyo de la coalición Vamos, el Cambio Democrático (CD), diputados del Partido Popular y la Bancada ‘Seguimos’.
Para Sánchez Cárdenas, sin embargo, lo que predomina es una lógica reeleccionista en los diputados PRD.
“Este PRD ahora sigue visualizando la participación en política con base en sus intereses particulares […] lo que aspira esta dirigencia es tener la querencia del Ejecutivo para poder tener los recursos necesarios y seguirse reeligiendo en el futuro en sus cargos.”

El dilema de fondo se mantiene: ¿podrá el PRD reconciliarse con sus principios y reconectarse con una ciudadanía que le dio la espalda en las urnas en 2024? González pidió una vuelta a la “senda del torrijismo en alianza con los sectores populares”, un llamado que tiene fecha de expiración antes que el colectivo se hunda más en renuncias: el directorio de septiembre próximo.
Diferentes figuras vinculadas al partido fueron contactadas, entre ellas los diputados Crispiano Adames y Raphael Buchanan, así como exintegrantes del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN), como la exministra Doris Zapata, pero no se obtuvo respuesta.