En medio de reiterados cuestionamientos por presunto nepotismo y designaciones políticas, el ministro de Relaciones Exteriores, Javier Martínez-Acha, reveló ante la Asamblea Nacional que únicamente cinco embajadores designados durante su gestión pertenecen a la carrera diplomática.
La cifra, que equivale a menos del 10 % de los embajadores designados en las 57 representaciones diplomáticas que Panamá mantiene en el extranjero —entre embajadas y misiones permanentes—, puso bajo la lupa el criterio con que se designa a los altos representantes del país.
“No me inmiscuyo en los nombramientos de carrera diplomática”, aseguró el canciller el pasado 29 de abril ante la Comisión de Relaciones Exteriores, tratando de deslindarse de los cuestionamientos de distintos diputados.
A pesar de ello, el canciller defendió algunas de las designaciones más controvertidas, como la del embajador ante el Reino Unido, Guido Martinelli, cuya comparecencia en el Legislativo generó inquietudes por su dificultad para expresarse con claridad.
Martínez-Acha lo defendió alegando que se trató de un episodio de nerviosismo: “No todos somos capaces de gestionar una presentación así en la primera vez”, justificó.
El canciller destacó que luego de su designación, Martinelli gestionó en Londres la firma de un Memorándum de Entendimiento que, según dijo, abriría las puertas a una inversión británica de $6,000 millones en infraestructura para Panamá. No obstante, los detalles del documento aún no se han dado a conocer.
Otro nombramiento polémico que defendió el canciller, fue el de Eddy Rodríguez, embajador en Nicaragua, cuya hoja de vida ha sido objeto de escrutinio por no incluir estudios universitarios, aunque sí registra cursos básicos como Word y Excel. Pese a ello, el canciller subrayó que Rodríguez tuvo un rol clave para gestionar la situación de una menor panameña desaparecida y encontrada en territorio nicaragüense.
A estos funcionarios cuestionados se suma el reconocimiento del propio Martínez-Acha de que su sobrino, Ramón Martínez-Acha, ocupa el cargo de cónsul en Shanghái, China. El vínculo familiar levantó interrogantes sobre la transparencia en los procesos de selección.

El canciller alegó que todos los nombramientos son revisados también por el Ministerio de Seguridad, en atención a criterios de seguridad nacional. Además, afirmó que su administración es la que mayor cantidad de personal de carrera ha desginado en el servicio exterior, indicando que hay 115 funcionarios diplomáticos de carrera en otros rangos en misiones en el extranjero.
En el servicio exterior también hay posiciones como: primer, segundo y tercer secretario; primer, segundo y tercer ministro consejero; encargados de negocios, entre otros.
La legislación
A pesar de que la carrera Diplomática y Consular está regulada por la Ley 28 de 1999, en la práctica, persiste una mayoría de designados, con el rango de embajadores, que no han pasado por la carrera.
Esta tendencia ha generado cuestionamientos sobre la preparación y legitimidad de algunos embajadores y cónsules designados.
No obstante, hay nueva legislación en camino para fortalecer el peso profesional antes que el político en cargos estratégicos del servicio exterior.
Antes del cierre del periodo legislativo, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea prohijó el anteproyecto de ley N.º 307, que propone regular el ejercicio profesional de los egresados de la carrera de relaciones internacionales.
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— CONADIP (@conadip) May 2, 2025
La iniciativa busca establecer una idoneidad formal para los egresados universitarios en la materia, para que sea expedida por un Consejo Técnico de Relaciones Internacionales, en el que participaría el canciller, el vicecanciller, o el director de la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores. Además, contó con el respaldo del Colegio Nacional de Diplomáticos de Carrera (Conadip).