“Llamé a mis padres por teléfono para despedirme y les dije: ‘Quiero que sepan que si no vuelvo, los amo mucho’. Mi papá me respondió que estaba en manos de Dios, y fue entonces cuando pude tener calma y acepté mi muerte”. Así relató su testimonio Laura Malo, DJ colombiana que sobrevivió al ataque del 7 de octubre de 2023 perpetrado por Hamás durante el festival Nova, en Israel.
Malo visitó Panamá recientemente y participó en la recepción por el 77° aniversario de la independencia del Estado de Israel, celebrada el pasado 19 de mayo. Allí interpretó su canción “Sobreviví”, en la que plasma su experiencia y fortaleza.
“Mi mensaje es: no se rindan y luchen por sus sueños”, expresó en entrevista con La Prensa.
Lleva consigo un cartel con la imagen de Elkana Bohbot, uno de los productores del festival, quien fue secuestrado por miembros de Hamás. Aboga por su liberación. “Su hijo de cuatro años pregunta por él todos los días”, contó.
Cuando cayeron los misiles
Malo reside en Israel desde hace unos 17 años, junto a sus padres. Además de DJ, es productora musical. Junto a un grupo de amigos, decidió asistir al festival de música Nova, que se celebraba a pocos kilómetros de la Franja de Gaza.
“El ambiente era muy lindo, la gente feliz… sonrisas, siempre había un abrazo, un brindis en el aire”, recuerda. Pero todo cambió al amanecer. La música se apagó abruptamente y comenzaron a caer misiles. Luego vinieron las ráfagas de disparos, los gritos y los llantos.
Malo se refugió cerca de una pequeña montaña. Logró salir del área del festival junto a su amigo Itamar en su vehículo. Vivía a unos 25 minutos, por lo que optó por regresar a casa, pero por una ruta alterna, ya que la carretera habitual estaba muy cerca de Gaza. Los misiles continuaban cayendo y decidieron refugiarse en un búnker de una estación.
Sin embargo, los terroristas seguían avanzando y disparando. Malo y su amigo decidieron huir nuevamente, sin saber exactamente a dónde ir. Encontraron un kibutz Re’im (comunidad agrícola) y decidieron ingresar. Vieron un portón que se abría, un vehículo y a lo que parecía un soldado. A pocos metros, Malo se dio cuenta de que no era un soldado.
“No sabíamos que íbamos hacia el lugar equivocado”, relató.
El sonido de las balas
El terrorista los alcanzó a ver, alzó su arma y comenzó a disparar. Las balas impactaron el vehículo. Una de ellas rozó la cabeza de su amigo. A pesar del ataque, lograron acelerar y escapar, pero minutos después colisionaron contra una cerca.
“Empezamos a correr. Literalmente corres por tu vida, sin saber qué dirección tomar”, dijo. Encontraron un invernadero abandonado y allí se escondieron.
“Todo se sentía tan irreal”, añadió.
Permanecieron ocultos durante 16 horas. Las dos primeras estuvieron en contacto con sus familiares y con la policía. “Fueron las horas más largas y tenebrosas”, señaló.
Habló con sus padres y les dijo que aceptaba su muerte. Solo esperaba el momento. Mientras tanto, recordaba toda su vida y los sueños que quería cumplir, mientras escuchaba disparos, gritos y llantos de los miembros del kibutz que estaban siendo asesinados.
Las horas pasaban. No fue sino hasta las 10:30 p.m. cuando escucharon otras voces. Al principio pensaron que se trataba de una trampa, pero luego vieron que eran soldados del ejército israelí. Fueron rescatados.
Después de eso, “todo ha cambiado en mi vida”, aseguró. Intentó volver a su vida normal, pero no pudo: “Estaba rota por dentro”. Sufría pesadillas.
Luego de varios meses logró recuperarse y componer su primera canción.
“No puedo ser malagradecida ni con Dios ni con la vida, por no aprovechar el regalo de estar aquí... Yo quiero expresar que, en esta vida, todo se puede superar”, afirmó.