Pasada una semana del levantamiento de los bloqueos en Bocas del Toro, la provincia aún no logra recuperarse del golpe económico. Aunque las calles lucen tranquilas, la aparente normalidad esconde una profunda incertidumbre.
“Hay una calma algo tensa”, resume Aris Pimentel, presidente de la Cámara de Comercio local, quien advierte que las ventas comerciales siguen por el suelo.
Durante los cierres, la población enfrentó escasez de productos puntuales, como combustible, gas, legumbres y carnes frescas. Sin embargo, Pimentel destaca que no hubo un desabastecimiento total, gracias a que productos no perecederos como el arroz y los enlatados permanecieron disponibles. Apenas se reabrieron las vías, llegó el “boom” de reabastecimiento, pero ese impulso inicial ya se ha desinflado por la falta de poder adquisitivo.

El desempleo masivo es ahora el principal obstáculo. Solo la paralización de la empresa bananera Chiquita Brands dejó cesantes a unos 7,300 trabajadores directos, además de los empleados de empresas proveedoras de bienes y servicios a la compañía. “Eso no pinta bien”, advierte Pimentel, señalando que la cadena de impacto afecta a todo el ecosistema económico de la provincia.
Las pérdidas económicas aún no han sido contabilizadas con exactitud, pero los primeros cálculos son alarmantes. Según Pimentel, podrían superar los 200 millones de dólares, considerando los efectos del vandalismo, el colapso del turismo y la paralización de las operaciones de Chiquita, que por sí sola desembolsaba 3.5 millones de dólares semanales en salarios.

La recuperación
La pregunta que flota en el ambiente es cuánto tiempo tomará la recuperación. Pero para el dirigente empresarial, ni siquiera es posible especular con un plazo. “No te podría decir que en dos o tres años. El tema de la bananera está incierto”, admite. El futuro de Bocas del Toro, según él, está atado al destino de Chiquita.
Sin la reactivación del sector bananero, las alternativas laborales para miles de personas en Bocas del Toro son casi nulas. “¿A trabajar dónde? ¿En qué?”, se pregunta el empresario.
El gobierno, hasta el momento, no ha presentado una estrategia clara para la recuperación. Pimentel señala que han sido los empresarios quienes tomaron la iniciativa de reunirse con la gobernadora, Marcela Madrid, la semana pasada. “Ella nos recibió muy bien, pero quedó en transmitir el mensaje a la Presidencia y a los ministros. Esperamos respuesta”, explica.
Vandalismo
Para este miércoles, los comerciantes entregarán un informe consolidado de las pérdidas sufridas durante la crisis, con la esperanza de que eso motive alguna forma de ayuda estatal. Pero, mientras tanto, la incertidumbre reina.

“La situación es de tranquilidad tensa y de gran preocupación por el futuro”, insiste Pimentel.
Con más de 7,000 familias sin ingresos y un sector comercial profundamente afectado, Bocas del Toro enfrenta una crisis económica de proporciones históricas. Y sin una reactivación urgente de la actividad bananera, el porvenir parece incierto.