En una carta de felicitación por el aniversario 122 de la separación de Panamá de Colombia dirigida al presidente José Raúl Mulino, su homólogo estadounidense Donald Trump marcó la nueva ruta por la que aspira continúe la relación bilateral.
La principal aspiración de Trump llega en el tercer párrafo: “me comprometo a trabajar con usted para salvaguardar aún más la seguridad del Canal de Panamá, un pilar vital del comercio para los Estados Unidos y el mundo”.
La carta fue divulgada el pasado jueves por el presidente Mulino, a través de su cuenta en X, y retuiteada por el embajador estadounidense en Panamá, Kevin Marino Cabrera.
En la nota hay felicitaciones por el “liderazgo” de Panamá en el combate al narcotráfico —prioritario en la agenda estadounidense por estos días en Venezuela y Colombia— y la “migración ilegal”. También por el apoyo que brindó Panamá, desde el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para enviar tropas internacionales a Haití.
La carta tiene una serie de elementos que destaca el analista político y sociólogo Danilo Toro.
“Esta es mi agenda de interés. Esta agenda de interés la he llevado bien con Panamá y la quiero seguir llevando bien. Y entre estos puntos puso al del Canal con un realce especial”, apunta Toro.

“Que un país como Estados Unidos diga: sigue siendo la seguridad del Canal un asunto de preocupación para mí, eso significa, número uno, que desde la perspectiva de Estados Unidos hay señales de riesgo. Y dos, que Panamá debe estar atenta a esas señales de riesgo”, agregó Toro.
Mulino recibió la carta ponderando la “cooperación” y la “amistad” entre ambas naciones, según publicó en su cuenta de X.
Agradezco las palabras del presidente Donald Trump @POTUS al pueblo panameño por la celebración de nuestras fechas patrias. Somos naciones amigas, soberanas y cooperantes en temas fundamentales como la seguridad, la paz y la protección de las libertades. pic.twitter.com/xRxwjCThyn
— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) October 30, 2025
Hace menos de 10 meses, el tono de Trump era distinto.
Desde cadenas de televisión internacional, redes sociales o la propia oficina oval de la Casa Blanca, la retórica del mandatario era confrontativa, expresando su intención de “recuperar” el Canal de Panamá en múltiples ocasiones y denunciando una presunta influencia china en el control de la vía.
La situación empezó a cambiar en abril pasado, cuando el secretario de defensa estadounidense, Pete Hegseth, visitó Panamá y salió con tres documentos firmados. En ellos se incluyó la ampliación de la cooperación en materia de seguridad en tres bases del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) y la promesa de un acuerdo de tránsito de buques “first and free” para Washington.
En septiembre pasado, Mulino coincidió con Trump en una recepción especial en Nueva York en el marco de la Asamblea General de la ONU, donde se tomaron una foto juntos e intercambiaron bromas. El primer encuentro personal tras los cuestionamientos de la Casa Blanca sobre el manejo del Canal el primer semestre del año.
Tan solo el pasado 23 de octubre, Mulino tachó de “oficiosos de la mentira” a quienes critican la forma en que se manejó la relación con Washington, al tiempo que expresó el peyorativo: “métanse la lengua ustedes saben donde...”.

El catedrático de derecho internacional público en la Universidad de Panamá (UP), Victor Vega, se pregunta sobre el tercer párrafo de la carta: ¿qué pretensiones tendrá la diplomacia estadounidense sobre el Canal de Panamá para 2026?
Vega se mostró preocupado por las “primeras señales” que dio el Memorándum de Entendimiento entre el Ministerio de Seguridad panameño y el Departamento de Defensa —ahora de guerra— firmado en abril pasado, donde extiende la operación de fuerzas militares estadounidenses en bases del Senan.
“El Memorándum es agorero de nefastos presagios para nuestro país (...). La política panameña, de cara a la seguridad del Canal, debe ser simple: el Canal es una infraestructura civil, facilitadora del comercio mundial que queda abierta a sus usuarios en términos no discriminatorios y que nunca debe ser medio apuntalador de estrategias militares”, dijo Vega.
La carta culmina con una señal de confianza de Trump en una “perdurable alianza” entre Panamá y Estados Unidos, que “continuará haciendo que ambas naciones sigan siendo más seguras y prósperas”.

Por su parte, Toro manifestó que hay una oportunidad para responder la carta de felicitación poniendo los temas importantes para Panamá en la agenda bilateral. “Ojalá no esperemos hasta el 4 de julio, que es la independencia de Estados Unidos, para contrapuntear esa carta de felicitación”.
Al tiempo, hizo un llamado urgente para exponer la política de seguridad panameña con respecto al Canal. “Ya yo sé cuál es la política de seguridad de Estados Unidos con respecto al Canal, porque ha sido explícito. También con respecto a la seguridad hemisférica y la del propio Estados Unidos. ¿Cuál es la nuestra?"
Y concluye: “Si existe [la política], perfecto, ahora toca exponerla. Si no existe, hay que producirla para ayer, para ayer”.
La lectura del internacionalista Euclides Tapia va más allá.
“El señor Trump, quien acostumbra calumniar a nuestro país respecto al Canal, y al supuesto manejo del mismo por los chinos, aprovecha las efemérides patrias panameñas para insistir en su permanente intimidación contra Panamá, con la excusa de la defensa del Canal de enemigos fantasmas”, apunta Tapia.
Los tres analistas consultados, desde perspectivas diferentes, coincidieron en lo mismo: el tercer párrafo de la carta de felicitación es un sutil recordatorio de que Panamá, y su Canal, siguen en la agenda de Washington para 2026.


