La escena fue tan elocuente como inevitable: el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció desde un salón del hotel Hilton en Ciudad de Panamá que los buques militares de su país cruzarán el Canal de Panamá con prioridad y sin costo.
Sin embargo, las autoridades panameñas no dijeron lo mismo. Hablaron de “compensación por servicio”.

Eran, en el fondo, dos narrativas sobre un mismo acuerdo. Y detrás de ese contraste asomaba una misma realidad: Panamá, dueña del Canal y defensora de su neutralidad, navega en un tablero geopolítico donde las grandes potencias buscan imponer las reglas.
El anuncio, que se concretó este miércoles 9 de abril, se da en momentos en que la Casa Blanca, con Donald Trump como principal huésped, busca un trato diferenciado para su flota militar, en medio de su narrativa de alarma por la supuesta influencia china en la operación de la vía, asunto que Panamá niega de manera insistente.
La declaración conjunta
El mecanismo fue sellado en una declaración conjunta entre el secretario de Defensa estadounidense y las autoridades del Canal de Panamá, encabezadas por el ministro para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza.
Según Hegseth, el acuerdo garantiza que los buques militares y auxiliares de su país tendrán “acceso libre y primero” para transitar por el Canal. Sin embargo, el ministro Icaza aclaró que no se trata exactamente de un paso “sin costo”, sino de un sistema de compensación por servicios, inspirado en acuerdos similares con el Ministerio de Seguridad Pública panameño. Es decir, un modelo de “costo neutral”: Panamá no cobrará peaje, pero Estados Unidos pagará de otra forma, prestando servicios de seguridad al Canal en áreas estratégicas.
Ministro de Asuntos del Canal responde:
— La Prensa Panamá (@prensacom) April 9, 2025
"Se reconoce la soberanía del Canal de Panamá"
"Buscaremos un mecanismo en el cual se logre que los buques de guerra" tengan un coste neutral.
Video: Isaac Ortegahttps://t.co/rLx5Yn2AoO pic.twitter.com/ZFXz5qrLJH
Ese mecanismo, explicó el ministro, permite a Panamá salvar el principio constitucional de no discriminar entre buques por su bandera de origen.
El escenario elegido para la firma del acuerdo tampoco fue casual. No se hizo en el histórico edificio de la administración del Canal, sino en el hotel Hilton, en plena ciudad de Panamá, donde se celebraba la Conferencia de Seguridad de Centroamérica, en la que Hegseth fue el principal invitado.
Fue ahí donde Ricaurte Vásquez, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá, vestido con ropa más funcional que formal, se mostró reservado. La vocería del tema la tomó el ministro Icaza, quien de paso explicó que la declaración conjunta reconoce la soberanía del Canal de Panamá, el cumplimiento del Tratado de Neutralidad y el respeto al marco jurídico del paso marítimo.
¿Qué tan estratégico es este acuerdo?
Los números ayudan a dimensionar la maniobra. Desde 1998 hasta el cierre del año fiscal 2024, solo el 0.3% de los tránsitos por el Canal fueron de buques de guerra de Estados Unidos: apenas 994 naves en 26 años. Los ingresos generados por estos tránsitos sumaron unos 25.4 millones de dólares, menos de un millón de dólares por año.
Con base en los números, se podría afirmar entonces que Estados Unidos no está comprando paso barato por el Canal. Está asegurando control, acceso y prioridad en una de las rutas más estratégicas para el comercio mundial, en un momento en que su principal rival global —China— sigue ampliando su presencia en América Latina.
Panamá, por su parte, intenta equilibrar los platos en el aire: garantizar su neutralidad formal, proteger su soberanía jurídica y, al mismo tiempo, no desairar a su viejo socio. No es cualquier aliado, sino el más poderoso del hemisferio.
La visita de Hegseth dejó claro que, en esa cuerda floja, Estados Unidos sigue teniendo la red de seguridad más grande.
El acuerdo clave con el Pentágono
Pero el acuerdo sobre el paso prioritario de buques por el paso marítimo no fue el único resultado de la visita de Hegseth a Panamá. El mismo día, el gobierno panameño y el Pentágono firmaron un memorando de entendimiento que abre la puerta a una importante cooperación en seguridad y defensa.
De acuerdo con lo que explicaron las autoridades panameñas y estadounidenses, el acuerdo contempla un aumento de la presencia militar rotativa de largo plazo de Estados Unidos en Panamá, el establecimiento de una escuela de selva en la antigua base de Sherman, en Colón, y nuevas instalaciones en el área de Rodman, en la entrada pacífica del Canal.

Ambas instalaciones fueron revertidas a Panamá en 1999 tras la salida definitiva de las tropas estadounidenses, como parte de los tratados Torrijos-Carter.
Ahora, 25 años después, Estados Unidos, con el segundo gobierno de Donald Trump, regresa a esos mismos espacios, pero bajo un nuevo discurso: cooperación en seguridad, lucha contra amenazas transnacionales y protección del Canal.
Todo esto en un momento particularmente sensible: Washington insiste en que China ha ganado influencia sobre las operaciones del Canal, aunque Panamá lo niega tajantemente.
De hecho, el discurso anti-China también formó parte de la retórica de Hegseth en suelo canalero. El hombre fuerte del Pentágono manifestó que la era de capitular ante la coacción de la China comunista ha llegado a su fin. “Están creciendo en su control de tierras estratégicas e infraestructura crítica en este hemisferio y es algo que no vamos a permitir. Para lograrlo, nuestros países no pueden enfrentar estas amenazas solos”.
Lo dijo en la Conferencia de Seguridad de Centroamérica, con el ministro de Seguridad Frank Ábrego a su lado.

Pete Hegseth arribó a Panamá en la noche del lunes 7 de abril para una visita centrada en analizar temas de seguridad regional, cooperación bilateral y el rol estratégico del Canal de Panamá.
Durante su estadía, Hegseth —conocido por su enfoque en asuntos de defensa y política exterior— se reunió con el presidente José Raúl Mulino y las principales figuras de su gabinete. El martes 8 de abril, su agenda incluyó un recorrido por las instalaciones del Canal y fue el invitado de honor en la inauguración de la remodelación de la base naval Vasco Núñez de Balboa, antigua Estación Naval Rodman.
Hegseth partió el miércoles 9 de abril, luego de firmar los acuerdos con las autoridades panameñas.