El presidente José Raúl Mulino ha dejado claro su distanciamiento del régimen de Nicaragua, una postura que ha manifestado en diversas intervenciones públicas. En sus declaraciones, ha señalado que ese país no solo desconoce el derecho internacional, sino que también vulnera su propio marco legal interno.
En junio de 2021, el régimen de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega, arremetió contra sus opositores. Era un año de elecciones, y cualquiera que lo adversara sufriría las consecuencias de su furia: la cárcel o el exilio.
En medio de ese escenario, el ahora presidente de Panamá emitió su opinión: “Ante la crisis de Nicaragua, nuestra Cancillería debería llamar en consulta a nuestro embajador ante ese gobierno [Nicaragua]. Es un contrasentido tener relaciones normales con un gobierno abiertamente dictatorial. Así están actuando otros gobiernos”.
Ante la crisis de Nicaragua nuestra @CancilleriaPma debería llamar en consulta a nuestro Embajador ante ese gobierno. Es un contrasentido tener relaciones normales en un país con un gobierno abiertamente dictatorial. Así están haciendo otros gobiernos . @cefeche
— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) June 21, 2021
El mensaje fue contundente en aquel momento, tomando en cuenta que Mulino también había sido canciller durante la administración del expresidente de la República, Ricardo Martinelli (2009-2014), quien actualmente está condenado a más de 10 años de prisión y debe pagar una multa millonaria en el caso New Business.
Los duros mensajes del mandatario no pararon allí. Por ejemplo, en septiembre de 2024 fue cuestionado en una entrevista con DW sobre la postura de su gobierno frente a la situación en Nicaragua y el régimen de Daniel Ortega, que otorgó asilo a Martinelli.

“Martinelli está asilado en la embajada de Nicaragua, ejerciendo un derecho que deriva de acuerdos bilaterales recogidos en tratados internacionales. Esto no tiene relación alguna con la naturaleza del régimen nicaragüense, que sin duda es una dictadura política condenable desde todo punto de vista”, afirmó el mandatario panameño.
Nuevo recado
Luego, en diciembre del año pasado, Mulino le dejó otro recado a Ortega: “Estamos ante un país que no tiene ni Dios ni ley”, afirmó, refiriéndose a Nicaragua y señalando que allí no se respeta ni el derecho internacional ni el interno.
El mandatario panameño hizo estas declaraciones en el contexto de la queja presentada por Panamá al gobierno nicaragüense sobre las actividades políticas que realiza el expresidente Martinelli en la embajada de Nicaragua en Panamá.
“Hay que entender también que no estamos tratando con un país común y corriente, respetuoso del derecho internacional. Este no respeta ni el derecho internacional ni el interno ni ningún derecho”, sostuvo Mulino. Agregó: “Es un país bastante sui géneris en materia de apelar al derecho. Eso no existe allí. No hay derecho en Nicaragua”.

Martinelli, quien se encuentra asilado en la embajada desde el 7 de febrero para evitar cumplir una condena de más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales en el caso New Business, ha mantenido una activa participación política, utilizando las redes sociales y reuniéndose con miembros de su partido, Realizando Metas.
Deterioro de los derechos humanos en Nicaragua
La situación en Nicaragua ha sido objeto de creciente preocupación internacional. Según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU publicado en septiembre del año pasado, los derechos humanos en el país se han deteriorado gravemente, con un aumento de detenciones arbitrarias, intimidación a opositores y violaciones a los derechos de los pueblos indígenas.
El informe destaca que las autoridades nicaragüenses persiguen no solo a disidentes, sino también a cualquier organización o individuo que actúe de manera independiente, incluyendo medios de comunicación, ONG y defensores de derechos humanos.