Ricardo Martinelli Berrocal finalmente se marcha a Nicaragua, lo que implica que -de momento- ha evadido cumplir la condena de 128 meses de prisión que pesaba en su contra, por blanqueo de capitales.
El canciller Javier Martínez Acha anunció este jueves 27 de marzo que su despacho expedirá el salvoconducto, por razones “estrictamente humanitarias”, para que el expresidente de la República viaje a Nicaragua como asilado político (pese a que está condenado por un delito común), bajo el manto protector de la dictadura de Daniel Ortega.
“Dado que los tiempos de la justicia no siempre coinciden con los tiempos que exige la salud, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha decidido reconocer el asilo otorgado por el gobierno de la República de Nicaragua a favor del señor Ricardo Martinelli Berrocal, expresidente de la República, y como resultado se ha concedido el salvoconducto solicitado por dicho gobierno para que el señor Ricardo Martinelli Berrocal, expresidente de la República, pueda trasladarse prontamente a la República de Nicaragua”, anunció Martínez Acha, en una conferencia en el anfiteatro de la Cancillería, en la que leyó un pronunciamiento que llevaba apuntado en un papel.
El canciller recalcó que la decisión fue adoptada “tras un fallo judicial en su contra y una vez agotadas todas las instancias legales”. El salvoconducto no implica de ninguna manera que la condena queda anulada: Martinelli se va, dejando pendiente su ingreso a prisión y el pago de una multa de $19.2 millones por blanquear los fondos que se utilizaron en 2010 (cuando él era gobernante) para adquirir las acciones de Editora Panamá América, S.A. (Epasa), a través de la sociedad canasta New Business.
No se precisó exactamente cuándo viajará a Managua, pero la cancillería dijo que el salvoconducto expira a la medianoche del próximo lunes 31 de marzo.
Ese salvoconducto le permitirá únicamente trasladarse a Nicaragua y no podrá ser utilizado para viajar a otro país.
El canciller Javier Martínez Acha anunció este jueves 27 de marzo que su despacho expedirá el salvoconducto, “por razones humanitarias”, para que el expresidente de la República, Ricardo Martinelli, quien enfrentaba una pena de cárcel por blanqueo de capitales, viaje a Nicaragua… pic.twitter.com/0116lGqRCv
— La Prensa Panamá (@prensacom) March 27, 2025
Martínez Acha indicó que el asilo fue concedido por razones humanitarias y en ningún momento se refirió a Martinelli como un perseguido o asilado político, como claman el expresidente y sus abogados.
“El asilo se reconoce y el salvoconducto se otorga por causas estrictamente humanitarias, pues le permitiría al expresidente Ricardo Martinelli Berrocal continuar su defensa en condiciones más favorables que las actuales, como acceder en libertad a tratamiento ambulatorio que mejore significativamente su calidad de vida”, agregó el canciller.
Advirtió que el salvoconducto es concedido a partir de este jueves y tiene un “plazo de vigencia improrrogable” que termina a la medianoche del 31 de marzo de este año.
“Para la ejecución del traslado, amparado bajo el salvoconducto, se contará con los buenos oficios del Ministerio de Relaciones Exteriores”, dijo Martínez Acha, antes de agradecer a los periodistas por su presencia. No aceptó preguntas. La conferencia tardó menos de tres minutos.

Se desconoce si el acompañamiento del personal del Ministerio de Relaciones Exteriores será hasta que Martinelli pise territorio nicaragüense. Tampoco se ha dicho si el exmandatario viajará en vuelo comercial, en avión privado o si Ortega enviará un transporte a recogerlo.
Martinelli permanece en la embajada nicaragüense, en la urbanización La Alameda, desde el 7 de febrero pasado, tres días después de que la sentencia condenatoria del caso New Business quedara ejecutoriada.

En aquel momento, Martinelli era candidato presidencial del partido Realizando Metas (RM). Con esa condena, quedó inhabilitación para ejercer funciones públicas y, por tanto, el Tribunal Electoral anunció que José Raúl Mulino (que hasta entonces era el candidato a vicepresidente) sería su reemplazo. Mulino quedó a la cabeza de la nómina de RM y tres meses después ganó la elección presidencial.
Poco antes del anuncio del canciller y con Mulino de visita en la provincia de Los Santos, Martinelli divulgó un mensaje en su cuenta en Instagram, en la que se quejaba de un supuesto “asalto” a la embajada.
“Me quieren hacer algo indebido... Estamos pendientes de todo lo que hagan”, dijo.
También comentó que había una inusual presencia policial en los alrededores, aunque los agentes policiales siempre han estado ahí, ya que en su contra hay una orden de captura para conducirlo a prisión a cumplir su condena por New Business.

En los predios también se observa a Alejandro Pérez y Alma Cortés, abogados y copartidarios de Martinelli.
El mismo día que se refugió en la embajada, la Cancillería de Nicaragua anunció que otorgaba asilo a Martinelli, quien había solicitado protección a Ortega por considerarse “perseguido por razones políticas y encontrarse en riesgo inminente su vida”, según se transcribe de una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua.
Pero lo que se vio durante toda su estadía en esa sede diplomática fue una sucesión de fiestas, reuniones políticas y barbacoas. Remodeló y amplió los aposentos; instaló un jacuzzi y un gimnasio, y festejó sus dos cumpleaños ahí. Las visitas eran frecuentes y de todo tipo. Nicaragua lo recibió hasta con su mascota y permitió que divulgara mensajes de contenido político en sus redes sociales de forma ilimitada, pese a que estas manifestaciones contravienen la Convención de Caracas sobre asilo político. Hubo un par de llamados de atención de la cancillería panameña a la embajadora de turno, pero ya.

Nicaragua es considerado el segundo país más corrupto de la región, solo superado por Venezuela, según el más reciente Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional (TI). A nivel global, está entre los 10 países más corruptos del mundo: ocupa la posición 172 entre 180 países evaluados.
El gobierno de Laurentino Cortizo (2019-2024) se negó a conceder el salvoconducto y Martinelli alguna vez dijo, sin pruebas, que Cortizo y el entonces vicepresidente José Gabriel Carrizo había fraguado un plan para ingresar por la fuerza a la embajada, secuestrarlo y, según él, “matarlo”. Nunca aportó las pruebas que sustentaran semejante acusación.
La partida de Martinelli implica también que no estará presente en el juicio por las coimas de Odebrecht, que debe empezar el próximo 11 de noviembre. Ahí también será enjuiciado por blanqueo de capitales, junto a 25 personas más.