No sentó para nada bien en Washington la asistencia de los mandatarios de Colombia, Chile y Brasil al cuarto Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con China.
Luego de una reprendida explícita a Bogotá, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos (EUA) terminó reconociendo el alejamiento de Panamá de Pekín el pasado 15 de mayo, tras el retiro panameño de la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda.
Al mismo tiempo, esa instancia del Departamento de Estado estadounidense criticó que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financie proyectos cuyos proveedores sean empresas chinas, con hincapié en Colombia y en “otros países donde la iniciativa de la Franja y la Ruta tenga proyectos”, según una publicación en la red social X.
.@WHAAsstSecty: Estados Unidos reconoce la reciente retirada oficial de Panamá de la Iniciativa de la Ruta de la Seda. Esta medida refleja nuestro compromiso compartido con la transparencia, la soberanía y el crecimiento sostenible. https://t.co/hvr03JLoLA
— U.S. Embassy Panama (@USEmbPAN) May 16, 2025
Washington no ha variado en su argumentación. Desde la administración de Donald Trump, Estados Unidos ha sostenido que la presencia de empresas chinas en la región representa un riesgo para la seguridad regional.
EE.UU. se opondrá enérgicamente a proyectos recientes y próximos desembolsos por parte de @el_BID y otras instituciones financieras internacionales para empresas estatales y controladas por el Gobierno chino en Colombia (al igual que en otros países de la región donde la…
— Bureau of Western Hemisphere Affairs (@WHAAsstSecty) May 15, 2025
Es la misma premisa que utilizó la Casa Blanca para señalar una supuesta amenaza sobre el Canal de Panamá, que se terminó aceptando con la firma de un Memorándum de Entendimiento en materia de seguridad, firmado con la Secretaría de Defensa de EUA el pasado 9 de abril.
Así, incluso, lo detalló la embajada estadounidense en un comunicado del 7 de mayo, en el que afirma que el acuerdo “es un entendimiento mutuo entre dos socios soberanos, Estados Unidos y Panamá, para fortalecer la cooperación en seguridad frente a amenazas regionales que compartimos”.
Pese a la buena relación que ha manifestado el presidente panameño, José Raúl Mulino, con sus homólogos Gustavo Petro, de Colombia, e Ignacio ‘Lula’ Da Silva, de Brasil, el acercamiento a la Celac no ha sido prioritario en la agenda gubernamental.
Según fuentes consultadas por este medio, que solicitaron reserva de su nombre, Panamá habría estado representada en la cumbre de Pekín por el embajador en China, Miguel Lecaro, aunque también se habría extendido una invitación a altos mandos del Ejecutivo.
Durante el Foro, el presidente chino, Xi Jinping, hizo alusión a Panamá al recordar que “en la década de 1960 se realizaron manifestaciones multitudinarias en toda China para apoyar al pueblo panameño en su reivindicación de la soberanía sobre el Canal de Panamá”. Una mención cargada de simbolismo, considerando que Trump ha sido insistente en manifestar su interés por “recuperar” la vía interoceánica, señalando precisamente a la supuesta influencia de Pekín en Panamá.
La retórica coercitiva de Washington recae ahora también sobre Bogotá, luego de que Petro firmara un acuerdo de intención para sumar a Colombia a la Ruta de la Seda. Al mismo tiempo, Xi Jinping expresó que China apoyará la “defensa de la soberanía y la independencia de los países de la región”.
Mientras EUA ha exigido el alejamiento chino de la región, un comunicado de la Casa Blanca aseguró que China y EUA estaban avanzando “en el espíritu de apertura mutua, comunicación continua, cooperación y respeto mutuo” para poner fin a la guerra arancelaria entra ambos Estados.
Sobre eso se refirió Petro para defender el reciente acercamiento a China: “Hay quienes quieren satanizar mi viaje a China, porque piensan que Colombia debe mirar a un solo lado. Estados Unidos demuestra que sí puede relacionarse con el mundo, los felicito por su acuerdo con China; y por eso Colombia debe, también, relacionarse con el mundo, y por tanto, con China”.
Fue en el mismo Foro que Petro señaló que busca con China la interconexión ferroviaria de las Américas, incluso con el propio país asiático, al tiempo que aseguró que “el Canal de Panamá muere”.
Los acuerdos
Durante el Foro, Pekín se comprometió a destinar hasta $9,200 millones en una línea de crédito directa para financiar un centenar de proyectos en la región. Se trata de una medida que fue presentada como un paso adicional para “fortalecer la unidad” con América Latina y el Caribe.
Los fondos estarían destinados a infraestructura y proyectos de inversión estratégicos en los países miembros de la Celac. Por otro lado, se anunció también una política de exención de visados —en modalidad de prueba— para ciudadanos de Brasil, Chile, Argentina, Perú y Uruguay, con el objetivo de promover las visitas al país asiático.
La visión China del visado, tras esta nueva política, va en dirección opuesta de la que ha expresado el embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Marino Cabrera, quien recordó durante su primera comparecencia ante medios de comunicación panameños que las visas “no son un derecho, sino un privilegio”.

Tras el acercamiento del bloque regional a Pekín, no queda claro cómo el gobierno de Mulino gestionará su papel en la Celac, en momentos en que ha apostado por una “diplomacia discreta”, como la ha definido públicamente el canciller Martínez-Acha, cuyas señales más recientes apuntan hacia Washington.
Durante la última reunión de Celac en América Latina, celebrada en Tegucigalpa, Honduras, el pasado 8 de abril; fue precisamente Martínez-Acha el máximo representante panameño en la cita.