Aunque aún falta mes y medio para que arranquen las sesiones ordinarias, los movimientos tras bastidores por el control de la presidencia de la Asamblea Nacional ya están en marcha. Las principales bancadas afinan estrategias, exploran alianzas y calculan sus fichas en un tablero legislativo cada vez más cambiante.
Mientras el país mira hacia el Ejecutivo que por estos días enfrenta el descontento ciudadano por distintos temas, el Legislativo se convierte en un espacio de pugnas soterradas, con nombres, ambiciones y diferencias que poco a poco salen a la superficie.
Realizando Metas quiere el control
En el oficialista Realizando Metas (RM), partido que llevó a José Raúl Mulino al poder, ya hay quienes se apuntan para dirigir la Asamblea. Alaín Cedeño, actual jefe de bancada, confirmó sus intenciones.

“Nosotros ganamos el gobierno y somos la segunda bancada más grande. RM debe tener su presidente de la Asamblea”, dijo a La Prensa. Para él, es momento de que el partido tome las riendas del Legislativo, más aún cuando la actual presidenta, Dana Castañeda, no está inscrita en sus filas.
RM cuenta con 14 diputados, y además de Cedeño, hay otros nombres en el radar: Shirley Castañeda, presidenta de la Comisión de Credenciales; Ronald De Gracia y Jamis Acosta, segundo vicepresidente del Legislativo.
Dana Castañeda, por su parte, no ha descartado buscar la reelección, aunque enfrenta cuestionamientos por el manejo de planillas. Su caso no es menor: tiene la quinta planilla más costosa de toda la Asamblea, con un monto de $120,675.

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Desde la embajada de Nicaragua, donde se mantiene asilado, el expresidente Ricardo Martinelli se pronunció en redes sociales: “Por estatutos y la ley, estas son funciones privativas de la junta directiva y su presidente”.
El comentario llamó la atención, pues su estatus de asilado le prohíbe intervenir en asuntos políticos, aunque sus palabras siguen generando efecto dentro del partido.
Independientes: cautela
El grupo más numeroso de la Asamblea lo componen los diputados independientes, organizados bajo la coalición Vamos, con 20 curules. Desde esa posición de fuerza, su jefa de bancada, Janine Prado, ha optado por la cautela.
Afirma que todavía no es momento de definir posturas. “Es prematuro para hablar del asunto”, expresó, subrayando que lo que está en juego no es solo la directiva del pleno, sino también el control de las comisiones de trabajo.
Frente a la posibilidad de negociar con otras bancadas, fue clara: “Siempre estamos abiertos al diálogo y al consenso, siempre y cuando no se comprometa a ninguno de los principios que para ellos son prioridad”.
Entre los nombres que circulan en conversaciones internas y externas están los de Francisco Panchito Brea, del Partido Panameñista, y Augusto Tuto Palacios, de Vamos; ambos considerados posibles aspirantes a la presidencia del Legislativo o a alguna de las vicepresidencias.

Palacios ya había competido internamente en junio de 2024, pero no logró el respaldo necesario. En esa ocasión, quien obtuvo el apoyo fue Walkiria Chandler, aunque tampoco pudo imponerse a Dana Castañeda en la elección final del 1 de julio de 2024.
La coalición Vamos parece decidida a jugar con inteligencia política, sin quemar cartas antes de tiempo.
El PRD busca dirección
En el Partido Revolucionario Democrático (PRD), el panorama es incierto. A pesar de la derrota electoral de mayo de 2024, el colectivo todavía tiene peso dentro del Legislativo y su participación podría ser clave en la conformación de una mayoría. Cuenta con 12 diputados.
Uno de los nombres que ha vuelto a sonar es el de Crispiano Adames, expresidente de la Asamblea. Sin embargo, el partido aún no define una estrategia. El expresidente de la Asamblea Jaime Vargas reconoció que se encuentran en una fase de análisis: “Todavía no se ha tomado ninguna decisión concreta”, declaró a este medio.
Explicó que se realizarán reuniones internas para valorar si presentan un candidato propio o si prefieren apoyar una fórmula de consenso con otras bancadas.

Cambio Democrático y la propuesta de una tercera vía
Desde Cambio Democrático (CD), el diputado Eduardo Vásquez plantea la necesidad de romper con la lógica tradicional de bloques enfrentados. En su opinión, se requiere una tercera fuerza legislativa, capaz de actuar con independencia de las presiones partidarias.
Hizo un llamado a una colaboración interpartidaria real: que los diputados actúen como cuerpo colectivo, “dejando de lado las divisiones entre bancadas”.
Para Vásquez, la Asamblea debe funcionar en beneficio del país, y no como un campo de batalla política. No obstante, admitió que aún no ha surgido dentro del pleno una figura que encarne con claridad ese liderazgo neutral y articulador.

Un tablero en pleno reacomodo
Con los días contados para el 1 de julio de 2025, inicio del período ordinario, el ajedrez legislativo se vuelve cada vez más complejo. Ninguna bancada tiene mayoría por sí sola, lo que obliga a dialogar, negociar y, en algunos casos, ceder. Los nombres ya circulan, pero las alianzas aún se están tejiendo.
