El Tapón del Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, continúa siendo escenario de una crisis humanitaria sin precedentes. En 2024, se registró un récord trágico de 174 muertes y desapariciones, a pesar de la notable reducción en el número de migrantes que cruzaron esta zona.
La impenetrable vegetación y los ríos turbulentos que separan Colombia de Panamá siguen siendo una barrera peligrosa para quienes emprenden la travesía en busca de un futuro en el norte. Sin embargo, el endurecimiento de las condiciones climáticas y la violencia en la ruta migratoria han convertido esta región en un escenario cada vez más letal.
Los datos del programa Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), agencia de las Naciones Unidas, indican que, entre 2014 y 2025, se han reportado 542 muertes de migrantes en esta selva, de las cuales 174 ocurrieron el año pasado. Se trata de una cifra sin precedentes desde el inicio de los flujos migratorios a través del Darién en 2014.
La cantidad de muertes en 2024 marca un trágico récord en comparación con años anteriores, cuando el promedio anual de decesos rondaba las 50 personas o menos. Solo en 2022 se registró un número cercano, con 146 fallecimientos, pero el aumento actual a 174 representa un preocupante incremento en la mortalidad.
De acuerdo con datos de la OIM, el ahogamiento sigue siendo la principal causa de muerte entre los migrantes que intentan cruzar el Tapón del Darién. Le siguen la violencia ejercida por grupos criminales que operan en la zona, enfermedades derivadas de las duras condiciones de la selva, la falta de acceso a servicios de salud y los accidentes fatales en este terreno hostil.
El Darién se ha convertido en la tercera ruta migratoria más letal del hemisferio occidental, solo superada por la frontera entre México y Estados Unidos y la peligrosa ruta marítima entre Cuba y Estados Unidos. A pesar de su ubicación aislada y su geografía implacable, esta selva se ha transformado en un corredor de tránsito mortal para miles de personas que buscan llegar al norte.
Casos recientes
En febrero de 2024, un trágico naufragio en la comarca de Guna Yala, cerca de la frontera con Colombia, dejó al menos cuatro migrantes fallecidos y dos desaparecidos. El incidente ocurrió cuando una embarcación que transportaba a 27 personas, en su mayoría de origen afgano, naufragó en aguas fronterizas.
Según el reporte oficial, el grupo era trasladado de manera clandestina, una práctica que, ante la falta de rutas seguras, expone a los migrantes a peligros extremos en su intento de cruzar esta inhóspita región.
También en julio de 2024, el presidente de la República, José Raúl Mulino, ofreció detalles sobre la tragedia que sacudió a la comunidad de Carreto, en la comarca de Guna Yala, donde 16 migrantes irregulares perdieron la vida al ser arrastrados por la crecida de un río mientras intentaban adentrarse en la selva del Darién.
El caso más reciente se reportó este año, cuando una niña de origen venezolano murió tras el naufragio de la embarcación en la que viajaba junto a otras 20 personas, cerca de la comunidad de Mansucum, en Guna Yala. Este año van cuatro defunciones de migrantes.
Tendencias recientes
En medio de esta trágica realidad, el flujo de migrantes irregulares que cruzan la peligrosa selva ha mostrado una notable disminución. En 2024, un total de 302,203 personas, la mayoría con destino a Estados Unidos, se arriesgaron a atravesar el Darién, lo que representa un descenso del 42 % en comparación con la cifra récord de 520,085 del año anterior, según datos del Servicio Nacional de Migración.
Como parte de sus esfuerzos para contener la migración irregular, Panamá ha cerrado al menos tres pasos utilizados por los migrantes para cruzar el Tapón del Darién, mediante la implementación de una “barrera perimetral”. Según explicaron las autoridades en julio de 2024, el objetivo es “canalizar” el flujo migratorio para facilitar un mayor control sobre esta peligrosa ruta que cientos de personas recorren diariamente en su trayecto hacia Norteamérica.
Este año, el flujo migratorio por el Tapón del Darién ha experimentado una caída drástica. Según cifras oficiales, en enero de 2025 los cruces de migrantes disminuyeron un 93.8 % en comparación con el mismo mes de 2024, marcando un cambio significativo en la dinámica de esta peligrosa ruta. Las autoridades atribuyen esta reducción a mayores controles fronterizos y acuerdos regionales con Estados Unidos y Costa Rica.
