François Valérian es un economista y académico francés con una destacada trayectoria en la lucha contra la corrupción a nivel global. Desde octubre de 2023, ocupa el cargo de presidente de Transparencia Internacional (TI), organización con sede en Berlín dedicada a combatir la corrupción y promover la transparencia en el sector público.
Valérian visitó Panamá la semana pasada y en una entrevista con La Prensa, arrojó luz sobre los desafíos y oportunidades que tiene el país en la lucha contra la corrupción. Su mensaje, claro y contundente, parte de la convicción de que este combate exige un esfuerzo colectivo, sostenido y, sobre todo, honesto.
En el país. fue recibido por la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, capítulo panameño de TI.

“Panamá tiene una sociedad civil muy activa, muy dinámica, muy valiente y eso es muy importante”, reconoció Valérian desde el inicio de la conversación. Sin embargo, de inmediato enfatizó que la realidad panameña es compleja: “Hay desafíos. Panamá tiene un papel que desempeñar en la lucha contra la economía global de la corrupción”.
Uno de esos desafíos se centra en la opacidad que aún rodea la titularidad de empresas, bienes inmuebles y otros activos. “Conocer quiénes están detrás de las empresas, detrás de los bienes inmobiliarios o de otros bienes, es muy importante para luchar contra la circulación de dinero sucio”, advirtió.

El segundo desafío es vital para la vida democrática: el acceso a la información. De acuerdo con el presidente de TI, la información es la base para que la ciudadanía pueda ejercer un control efectivo sobre las decisiones públicas y exigir cuentas a sus autoridades. Sin un flujo adecuado de información, la corrupción y el abuso de poder encuentran terreno fértil para prosperar.
‘Poner fin a la impunidad’
El tercer desafío, para Valérian, es clave: “poner fin a la impunidad”. Aunque Panamá cuenta con leyes para sancionar a los corruptos, el reto, enfatizó, está en su implementación. “Como en otros países, esas leyes tienen que ser aplicadas, y en particular las leyes que castigan a los corruptos”, puntualizó.
Consultado sobre el rol de las entidades estatales encargadas de la fiscalización y la justicia, Valérian fue tajante. “Es importante que la gente pueda fiscalizar las decisiones públicas, la toma de decisión”, dijo. Pero fue más allá al destacar la necesidad de proteger a las y los denunciantes. “Las personas que denuncian hechos de corrupción están en la vanguardia de la lucha contra el abuso de poder”, remarcó.
La corrupción y el núcleo familiar
Cuando se le preguntó sobre el impacto de la corrupción en la vida cotidiana, Valérian fue directo: “La corrupción no es un crimen sin víctimas. Hay innumerables víctimas de la corrupción, y es nuestra razón para actuar, para luchar contra la corrupción”. A su juicio, la corrupción golpea a las familias desde el núcleo, socavando derechos y recursos.
Valérian se detuvo también en la responsabilidad de la ciudadanía para exigir cuentas. “Una sociedad donde hay muchas víctimas de la corrupción también tiene un derecho a saber lo que se hace con el dinero público, cómo se gasta, para cuáles fines”, indicó.

¿Transparencia Internacional tiene algún nuevo enfoque o estrategia para promover el combate a la corrupción? fue otras de las preguntas que se le formuló.
Al respecto, François Valérian destacó que la organización ha reconocido la necesidad de adaptar su estrategia a las realidades de un mundo globalizado. Según explicó, Transparencia Internacional ha fortalecido su apuesta por la cooperación internacional como respuesta a un problema que, al igual que la crisis climática, no conoce fronteras ni limitaciones geográficas.
“Es muy importante que todos los países puedan combatir la corrupción juntos a través de una cooperación internacional estrecha”, añadió.
Aterrizando su análisis en la realidad panameña, Valérian fue tajante: las leyes, por sí solas, no son suficientes. Advirtió que sin instituciones con el personal y los recursos necesarios, y sin independencia real frente a las presiones políticas, la corrupción encuentra el terreno perfecto para prosperar. Añadió que el acceso a la información no es un simple formalismo, sino la piedra angular para que la ciudadanía pueda exigir cuentas y defender el interés público.

La inteligencia artificial y la corrupción
La inteligencia artificial como mecanismo para el combate a la corrupción, así como los dilemas éticos que esta nueva herramienta podría plantear en la sociedad, fueron otros de los temas abordados durante la entrevista.
Valérian expresó tanto entusiasmo como cautela. Reconoció que puede ser una herramienta poderosa para identificar esquemas de corrupción, como se ha hecho en México, pero insistió en la necesidad de acceso a datos confiables. “Ahora, la inteligencia artificial puede también jugar un papel muy negativo cuando información falsa es fabricada y publicada en las redes sociales”, alertó. Para él, el periodismo se vuelve aún más indispensable para verificar y contrastar la información.
En la conversación también se abordó un tema que refleja los nuevos desafíos en la lucha contra la corrupción: la irrupción de las criptomonedas y los criptoactivos.
Valérian no dudó en señalar los riesgos. “Son herramientas que pueden esconder flujos de dinero ilícito”, afirmó. Para contrarrestar este problema, recomendó un monitoreo riguroso de las plataformas y la identificación de los titulares de las operaciones con criptomonedas.
Listas grises
La inclusión de Panamá en listas grises internacionales —en particular las de Europa— fue otro tema que abordó con franqueza. Valérian respaldó la postura de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, capítulo local de Transparencia Internacional: fortalecer la participación cívica y la democracia. “Más democracia es una salida de cualquier tipo de crisis en cualquier país”, afirmó.
Consultado sobre si la corrupción tiene ideología, fue claro al negar esa premisa: “No creo que la corrupción tenga una ideología, pero hay ideologías o narrativas que intentan justificarla como una práctica normal de negocios”. Y fue contundente: “La corrupción es el abuso de poder en interés de quienes lo detentan y en detrimento de la población”.
Trump y la lucha anticorrupción
Sobre el efecto Trump en la lucha anticorrupción, prefirió no referirse a la figura política. Sin embargo, consideró preocupante que un gobierno suspenda leyes importantes como la que prohíbe a las empresas estadounidenses recibir sobornos de gobiernos extranjeros, o las regulaciones sobre la titularidad real de las empresas. “Queremos que Estados Unidos vuelva al liderazgo que tenía en el pasado en la lucha contra la economía global de la corrupción”, exhortó.

Finalmente, Valérian advirtió que el mayor patrón corrupto al que se debe prestar atención es la concentración de poder. “La concentración del poder siempre es la concentración del abuso de poder”, sentenció.