La cartografía nacional de Panamá, un componente esencial para la planificación territorial y el desarrollo de proyectos de infraestructura, enfrenta un desafío crítico: su desactualización. Los mapas oficiales, fundamentales para reflejar la realidad geográfica del país, fueron actualizados por última vez entre 2016 y 2017 con datos recolectados entre 2012 y 2014. Este desfase de hasta ocho años ha generado una significativa brecha en la información, dificultando la gestión de áreas clave como el crecimiento urbano, la expansión de redes viales y la distribución de la población.
Ángel Dávila, secretario general de la Autoridad Nacional de Tierras (Anati), institución a la que pertenece el Instituto Geográfico Nacional Tommy Guardia, subrayó que la obsolescencia de la cartografía nacional afecta directamente la ejecución de proyectos estratégicos. “En muchas zonas del país, los cambios en las estructuras urbanas y rurales no están reflejados en los mapas oficiales”, afirmó Dávila en una entrevista con La Prensa. Esta carencia complica iniciativas cruciales, como la planificación de servicios públicos, la gestión de recursos naturales y los proyectos de urbanización, que no pueden adaptarse adecuadamente a las demandas actuales.
Un ejemplo evidente de este problema es la incapacidad de ajustar los planes de desarrollo urbano a los rápidos cambios demográficos que experimenta el país. Las empresas privadas y el gobierno se ven limitados para responder a estas transformaciones, afectando tanto la calidad de vida de los ciudadanos como la eficiencia de las inversiones en infraestructura. Según Dávila, superar esta brecha es una prioridad, y el Instituto Geográfico Nacional ha iniciado un proceso de modernización que incluye la adopción de nuevas tecnologías para actualizar los datos cartográficos.
Entre las herramientas implementadas se encuentran las imágenes satelitales y los drones, que permiten obtener información de manera más precisa, eficiente y económica en comparación con los métodos tradicionales. Además, el instituto está capacitando a su personal y adquiriendo software y hardware de última generación para garantizar que las actualizaciones de la cartografía se realicen de manera constante y dinámica. Este enfoque busca evitar que los mapas queden obsoletos, proporcionando información confiable y oportuna para la toma de decisiones.
El impacto de una cartografía desactualizada no se limita a la planificación urbana. Diversas instituciones gubernamentales, como el Ministerio de Ambiente, la Caja de Seguro Social y la propia Anati, dependen de datos precisos para ejecutar proyectos de desarrollo, realizar estudios ambientales y planificar parques nacionales. Según Dávila, sin una base cartográfica adecuada, los proyectos enfrentan demoras, costos adicionales y posibles ineficiencias, afectando directamente a la población y a la economía nacional.
Consciente de esta situación, el Instituto Geográfico Nacional también ha establecido alianzas internacionales para mejorar sus capacidades. Una de estas colaboraciones es con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia, con el objetivo de intercambiar conocimientos y perfeccionar las especificaciones técnicas. Además, se están optimizando recursos mediante la cooperación entre instituciones gubernamentales que necesitan datos actualizados. Este enfoque colaborativo no solo genera eficiencia, sino que también permite compartir los costos asociados con el proceso de actualización.
El presupuesto aprobado para la Anati en 2025 es de 18.5 millones de dólares, de los cuales 3.5 millones se destinarán a la inversión en tecnologías modernas. Aunque esta cifra es modesta, se espera que, combinando recursos propios, alianzas interinstitucionales y fondos no reembolsables de organismos internacionales, se pueda acelerar la modernización de la cartografía nacional.
Colaboraciones que generan impacto
Un ejemplo reciente de los beneficios de la cooperación internacional es el levantamiento batimétrico realizado entre febrero y marzo de 2024 por el buque de investigación USNS Pathfinder en la entrada Caribe del Canal de Panamá. Este proyecto, fruto de la colaboración entre la Embajada de Estados Unidos y el Instituto Geográfico Nacional, mapeó aproximadamente 83 kilómetros cuadrados del fondo marino. Entre los hallazgos se identificaron seis naufragios, incluidos cuatro previamente desconocidos, así como restos de aviones y embarcaciones hundidas. Estos descubrimientos no solo tienen un valor histórico, sino que también proporcionan datos cruciales para garantizar la seguridad de las embarcaciones que transitan por esta estratégica vía marítima y para conservar el ecosistema marino.
Dávila destacó que esta iniciativa, además de fortalecer la gestión de recursos marinos, tiene el potencial de enriquecer el conocimiento sobre la historia marítima de Panamá a través de investigaciones lideradas por organizaciones internacionales. Asimismo, los datos recopilados contribuirán a optimizar políticas de conservación, proteger la fauna marina y prevenir accidentes en una de las zonas de mayor tránsito del mundo.
La precisión de los datos obtenidos en proyectos como este subraya la importancia de los estudios geoespaciales no solo para preservar el patrimonio histórico y natural del país, sino también para garantizar la sostenibilidad de su desarrollo. A largo plazo, estos esfuerzos no solo mejoran la seguridad marítima, sino que también abren oportunidades para futuros proyectos científicos y tecnológicos que posicionen a Panamá como líder en la gestión responsable de sus recursos.
En conclusión, la modernización de la cartografía nacional es un pilar estratégico para el desarrollo sostenible de Panamá. La adopción de tecnologías avanzadas, el fortalecimiento de alianzas internacionales y la optimización de recursos son pasos necesarios para cerrar la brecha de desactualización y garantizar que el país cuente con información precisa para enfrentar los retos de un entorno dinámico y en constante cambio. Solo a través de estos esfuerzos se podrán maximizar las oportunidades de desarrollo y responder eficazmente a las necesidades de una nación en transformación.