La Caja de Seguro Social (CSS), que administra más de 8 mil millones de dólares anuales y cuenta con más de 35 mil funcionarios, enfrenta su mayor prueba de fuego tras la reforma de pensiones: garantizar la sostenibilidad financiera de la entidad sin desatender la creciente presión ciudadana por mejorar la atención en salud.
Los retos son monumentales. Para empezar, se reconoce falta de empatía en la atención, las largas filas, demoras en citas médicas, la mora quirúrgica y las inquietudes sobre las pensiones, los montos que le tocarán a cada asegurado, después de las reformas, y las necesidades de inversiones tecnológicas.
Durante un conversatorio en Café con La Prensa, el director de la entidad, Dino Mon, presentó el tema “Presente y Futuro de la CSS: Avances de Mi Caja Digital”, en el que explicó cómo serán abordados los problemas que por años han sido denunciados por los asegurados.
Según el director, en los últimos meses se han logrado avances en temas como la reforma al sistema de pensiones, implementada mediante la nueva Ley 462 de 2025, y la activación de un plan de rescate quirúrgico, en el cual médicos de la entidad han realizado 47,815 intervenciones, incluyendo cirugías cardíacas, de cataratas, ginecológicas, y de próstata, entre otras.

En el ámbito tecnológico, se ha avanzado en el uso de cirugía robótica (como en los procedimientos de próstata), en la trazabilidad de medicamentos para conocer en qué farmacias se agotan los fármacos y abastecerse oportunamente, y en el desarrollo del portal “Mi Caja Digital”, que permitirá realizar trámites en línea, consultar el historial de cuotas y simular jubilaciones.
Además, se digitalizará la recaudación y se simplificarán los trámites para los trabajadores independientes.
Con respecto a los sistemas tecnológicos existentes, la CSS prácticamente ha tenido que tirar a la basura una inversión millonaria.
Mon informó que la plataforma SIPE (Sistema de Ingresos y Prestaciones Económicas) —adquirida por la administración anterior por $29 millones— no está cumpliendo con los requerimientos esperados, por lo que se evalúan nuevas herramientas.
“El proyecto no funcionó, ya que no cumplió con las especificaciones. No fue útil y tuvimos que descartarlo, llegando a un acuerdo financiero con la empresa responsable y la afianzadora. Ahora debemos iniciar un proceso de reprogramación”, señaló el director.
Sin embargo, el mayor desafío que enfrentará la administración el próximo año será reducir el atraso en citas médicas y cirugías, un problema agravado por la falta de especialistas, que ha hecho aún más difícil para los asegurados acceder a los servicios de salud. Hay pacientes de neurología que tienen hasta un año esperando una cita.
"Las citas son el principal problema a resolver en la CSS": Dino Mon
— La Prensa Panamá (@prensacom) September 3, 2025
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Para ello, se apuesta por la implementación de la telemedicina, incluso con apoyo internacional, para suplir la falta de especialistas en el país. En este tema, se priorizará a los pacientes según el orden de llegada y se reorganizarán las listas de espera. Antes de otorgar nuevas citas, se pondrán al día los servicios diagnósticos para evitar el círculo vicioso de citas y laboratorios desfasados.
Asimismo, se pretende fortalecer la atención primaria para prevenir hospitalizaciones innecesarias. En este punto, Mon manifestó que la escasez de especialistas es crítica dentro de la CSS: actualmente solo hay 8 neurólogos y 12 reumatólogos en todo el país.
Existe una necesidad de más médicos especializados: "La CSS solo tiene 8 neurólogos en todo el país"
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Por ello, subrayó la importancia de invertir en la formación y captación de profesionales de la salud, en coordinación con el Ministerio de Salud (MINSA) y el Ministerio de Educación (Meduca). Es indispensable planificar la formación de nuevas generaciones de médicos y especialistas.
Este problema se suma a que se han hecho muchas infraestructuras, pero “huecas, vacías”. “Nos toca recibir y tratar de gestionar cuando no hay dinero. No se trata de hacer obras, cuando no hay insumos ni personal”, dijo Mon.
“Es fundamental que todo lo que hagamos en materia de seguridad social se haga bien, porque impactará la economía de nuestro país de una u otra forma”.
El presupuesto de la CSS representa el 23% del presupuesto general del Estado. Para visibilizar la importancia de este dato, Mon hizo una analogía curiosa: si la seguridad social estornuda, al Estado le da resfriado", refirió que todo lo que hagamos con la seguridad social lo hagamos bien, porque afecta la economía del país".
Presupuesto y proyecciones
Precisamente, el presupuesto de la CSS para el próximo año fiscal será de 8,122 millones de dólares, lo que representará un 23% del presupuesto general del Estado. De este monto, 2,325 millones de dólares, se destinarán a funcionamiento, gasto corriente e inversiones físicas, mientras que 3,029 millones de dólares se asignarán al pago de prestaciones económicas y pensiones (programa de Invalidez, Vejez y Muerte y riesgos profesionales).
También se destinarán 2,462 millones de dólares a inversiones financieras, que requieren personal especializado para maximizar su rendimiento, y 305 millones de dólares a inversiones físicas, incluyendo infraestructura como la Ciudad de la Salud y el Hospital Manuel Amador Guerrero en Colón.
Para balancear el presupuesto se requerirán 286 millones de dólares, ya que los ingresos proyectados ascienden a 7,846 millones de dólares, mientras que los egresos alcanzan 8,022 millones de dólares.
Mon explicó que se proyectará el presupuesto a cinco años, en lugar de hacerlo de manera anual, y se revisará la distribución del recurso humano para mejorar la productividad y controlar el crecimiento de la planilla. Actualmente, en la CSS laboran 35,600 funcionarios.
Durante el conversatorio, el director destacó que “se mantienen reservas en los programas de los sistemas mixtos aún vigentes y todas las nuevas reservas que se generen deben invertirse de manera responsable. Esto implica un trabajo intenso en materia de inversiones, con personal calificado y estrategias que garanticen una adecuada rentabilidad de los fondos”.
Finalmente, reconoció que la situación es crítica: de mantenerse la tendencia, los fondos podrían agotarse en dos años. Advirtió que el presupuesto “no es una tarjeta de crédito” y que, si los ingresos no cubren los gastos, se tendrán que recortar servicios. Además, informó que se han identificado sobrecostos en compras y sobreprecios de proveedores, por lo que se está optimizando la adquisición de insumos para generar ahorros.