Por las ventanillas de las farmacias de la Caja de Seguro Social (CSS) transita una historia repetida: la de los pacientes asegurados que van de farmacia en farmacia buscando medicamentos esenciales que no llegan a tiempo.
Esa es la historia de doña Carmen, un jubilada residente de Juan Díaz, quien visitó el pasado jueves 16 de octubre la Policlínica Manuel María Ferrer de Calle 25 en busca de sus medicinas. “Solo encontré el colágeno, porque las pastillas para la presión no las tienen. Me dijeron que no hay, que regrese la otra semana. Ayer [miércoles 15 de octubre] fui hasta San Antonio, pero tampoco las encontré”, cuenta mientras sostiene los comprobantes de sus visitas.
En apenas una semana, Carmen ha recorrido cuatro policlínicas —Juan Díaz (JJ Vallarino), San Antonio, San Francisco y ahora El Marañón, (Calle 25)— sin éxito. “Dicen que hay, pero cuando uno llega ya no hay nada. Nos toca seguir buscando”, lamenta.

En la parada de autobuses, decepcionada del sistema, está Esther (nombre ficticio), una mujer embarazada que vive en Arraiján, provincia de Panamá Oeste, y que no ha encontrado vitaminas básicas para su embarazo, como el complejo B. “He estado muchas veces buscando medicamentos, de un lado para otro, y no hay. Al final me ha tocado comprarlos, junto con las vitaminas para mi embarazo”, narró.
Entre los medicamentos agotados en varias policlínicas —como la Manuel María Valdés y la Manuel María Ferrer— además del complejo B (vitaminas), figuran el Ruibarbo y Soda (un regulador hepático y gástrico), y el lisinopril (para tratar la presión arterial alta), entre otros, según denuncian los asegurados.

Ante estas quejas que no cesan, el director de la CSS, Dino Mon, señaló que actualmente la institución cuenta con un 92.4% de abastecimiento de medicamentos. “Muchos pacientes se preguntan por qué, si hay existencias, aún hay farmacias donde ciertos productos no están disponibles”, expresó.
No obstante, aclaró, “el problema ya no es el abastecimiento, sino la correcta dispensación. Debemos garantizar que los medicamentos salgan de los depósitos y lleguen a las manos de los pacientes, porque de nada sirve tenerlos almacenados si no se distribuyen efectivamente”.
El funcionario reconoció que, aunque se ha avanzado en la gestión del inventario, todavía es necesario optimizar los procesos logísticos. “Podemos pensar que estamos haciendo las cosas bien, pero si no vemos el proceso de forma integral, nunca satisfaremos las verdaderas necesidades de la población”, subrayó.
Anunció además el lanzamiento de las plataformas “Mi Farma Digital” y “Mi Receta Digital”, que la próxima semana se presentarán como herramientas tecnológicas para mejorar la trazabilidad y distribución de los medicamentos. “Será una plataforma que optimizará la logística, para que los fármacos que hoy están almacenados lleguen de manera rápida, ágil y controlada a cada asegurado”, adelantó Mon.
“Mi Farma Digital” ofrecerá una proyección de disponibilidad de medicamentos para los próximos cuatro meses. La información estará organizada por provincia y, dentro de cada una, por unidad ejecutora. Según la entidad, cuando un médico recete un medicamento, el asegurado podrá saber exactamente en qué farmacia lo encontrará, evitando desplazamientos innecesarios.
Por su parte, “Mi Receta Digital” complementa esta estrategia, ya que muchas recetas provienen de médicos particulares y no de la institución. “Actualmente, los médicos privados no saben si los medicamentos recetados están disponibles en la CSS, lo que agrava el problema. Con esta nueva herramienta, los médicos externos podrán emitir recetas visualizando el inventario en tiempo real y eligiendo la unidad donde el paciente desee retirar el medicamento”, explicó Mon.
El director destacó que ambas plataformas son herramientas poderosas: una brinda visibilidad al asegurado sobre el inventario institucional y la otra facilita la prescripción electrónica. Además, permitirán a los proveedores planificar oportunamente las compras y evitar el desabastecimiento. “Con esto se acabará el ‘no hay’, porque el sistema mostrará dónde sí hay medicamentos y por cuánto tiempo estarán disponibles”, aseguró.
Una solución que no todos podrán usar
Sin embargo, el reciente anuncio del director de la CSS ha generado esperanza en algunos asegurados, pero también dudas entre los adultos mayores. “Eso está bien para los jóvenes que saben usar la tecnología, pero los que vivimos en lugares apartados o no tenemos celular, ¿Cómo hacemos?”, cuestiona Carmen. “No todo el mundo tiene teléfono ni conexión. A nosotros nos toca seguir de bus en bus, buscando dónde nos atienden”.
Más allá de que la tecnología no esté al alcance de todos, la realidad económica agrava el panorama. Carmen, como muchos jubilados, depende de una pensión limitada. “Nosotros no tenemos una jubilación jugosa como para comprar todo el medicamento por fuera. Estamos necesitados, y cada vez que falta algo, sufrimos”, concluyó.