Desde la apertura en diciembre de 2020 del Centro de Pruebas Rápidas de VIH en Panamá, se han aplicado más de 31,000 pruebas, que han permitido diagnosticar a 741 personas con virus de inmunodeficiencia (VIH) y vincular a 647 de ellas al sistema de salud para iniciar tratamiento antirretroviral, según cifras oficiales de la organización que lleva adelante el proyecto de Aids Healthcare Foundation (AHF-Panamá).
Estas cifras se conocen en el marco del Día Nacional de la Prueba de VIH, con el fin de incentivar el diagnóstico temprano como herramienta clave para controlar la epidemia.
Pese a los avances, la coordinadora de AHF Panamá, Natasha Dormoi, alerta sobre obstáculos estructurales que limitan el acceso a pruebas rápidas en áreas rurales y poblaciones vulnerables.
“El estigma sigue presente en todos los ámbitos de la sociedad. Es necesario que el Estado eduque a la población y cambie la narrativa del VIH como un asunto de salud pública y no de moralidad”, señaló Dormoi.
Destacó que, aunque existen normativas nacionales que garantizan la oferta gratuita, rápida y confidencial de pruebas en la red pública, en la práctica aún se presentan retrasos en la entrega de resultados y falta de insumos en centros de salud remotos.
“La prueba rápida de VIH es una herramienta poderosa de prevención. En AHF Panamá, cada persona que se realiza la prueba recibe información y apoyo para prevenir la infección, y, si es necesario, acompañamiento para iniciar tratamiento lo antes posible y evitar la transmisión”, añadió Dormoi.
Las dificultades en la atención afectan principalmente a grupos clave como migrantes, personas LGBTIQ+, trabajadoras sexuales y comunidades en zonas rurales, quienes enfrentan también discriminación y falta de accesibilidad.
Por otro lado, el Ministerio de Salud (Minsa) señaló que ha promovido estrategias para ampliar la cobertura diagnóstica y mejorar la vinculación al tratamiento, pero aún falta acelerar los procesos y optimizar recursos.
La entidad informó que la prueba rápida de VIH está disponible en todos los centros de salud de forma gratis, confidencial, voluntaria y accesible.
Actualmente, 21,034 personas reciben tratamiento antirretroviral (TARV) en Panamá, una herramienta que permite controlar la carga viral, evitar complicaciones y reducir la transmisión. Sin embargo, el sistema sigue dejando a muchos por fuera.
Mientras que el año pasado, 1,846 personas reiniciaron su tratamiento tras haberlo abandonado, lo que evidencia la fragilidad de la atención continua, según datos del Minsa.
El compromiso de la sociedad civil, organizaciones internacionales y el Estado es fundamental para que Panamá alcance las metas globales del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, que apuntan a que el 95 % de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, que el 95 % acceda a tratamiento y que el 95 % mantenga carga viral indetectable.