El llamado del Ministerio de Educación (Meduca) para reanudar las clases presenciales hoy, lunes 26 de mayo, fue ampliamente ignorado por los docentes que permanecen en paro indefinido desde el pasado 23 de abril.
Esta situación evidencia una crisis persistente en el sistema educativo panameño, marcada por la falta de consenso entre las autoridades y los gremios docentes.
Aldo Bazán, representante de los padres de familia del área de Panamá Centro, confirmó que el panorama en los centros escolares sigue siendo incierto.
“Algunos docentes han retomado sus funciones, pero muchos otros se mantienen en huelga”, indicó.
Bazán subrayó que el problema no se solucionará simplemente con llamados desde el ministerio. “Es necesario sentarse, dialogar, negociar y encontrar una solución concreta, para que los estudiantes no sigan perdiendo días valiosos de clases”, expresó.
Por su parte, la ministra de Educación, Lucy Molinar, aseguró durante una entrevista con el noticiero matutino de Telemetro Reporta que varios centros educativos han reiniciado clases. “¿Por qué debería haber represalias? Lo que necesita el país es que los niños estén en el aula. El costo y el daño de este paro son irreparables”, afirmó.
También destacó que la situación se está normalizando “poco a poco”, y que “mucha gente ya se ha dado cuenta de lo que realmente hay detrás de esta huelga”.
No obstante, la percepción desde otros sectores es distinta. Yair Velásquez, representante de la organización Jóvenes Unidos por la Educación, cuestionó la falta de acción por parte del Meduca para mitigar los efectos del paro.
“A más de un mes del inicio de esta huelga, no hemos visto ningún esfuerzo por parte del ministerio para implementar clases a distancia, como lo establecen los protocolos. Se podrían estar utilizando medios como la televisión, la radio o incluso módulos impresos para mantener la continuidad del aprendizaje”, señaló.
Velásquez también advirtió que no se puede hablar de una verdadera “normalización”, ya que persiste un fuerte llamado de los gremios docentes a no asistir a los centros educativos.

“Además, no contamos con información precisa sobre lo que ocurre en las más de 3,100 escuelas del país. Carecemos de un sistema de monitoreo confiable que nos diga cuántos estudiantes están asistiendo o cuántos maestros están cumpliendo con sus labores”, agregó.
Otro punto crítico es la falta de supervisión efectiva. Según Velásquez, los supervisores del sistema educativo deberían estar visitando las escuelas para verificar el cumplimiento de la docencia, algo que históricamente no ha ocurrido de manera sistemática.
Finalmente, hizo un llamado a la transparencia en el manejo de la información. “Los datos sobre asistencia y funcionamiento escolar deben ser gestionados por un ente externo, independiente del Meduca, para evitar posibles manipulaciones o maquillada.