El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) confirmó una situación crítica que afecta directamente la calidad del agua potable en la región de Azuero, donde más de 200 mil personas dependen de este recurso. Las principales plantas potabilizadoras han sido impactadas por una carga inusualmente alta de microorganismos detectados en las aguas del río La Villa y su subcuenca, el río Estibaná, lo que ha obligado a la institución a tomar medidas técnicas urgentes.
El jefe del departamento de Agua Potable del Idaan, Edgardo Vásquez, en entrevista con La Prensa, detalló que las plantas Roberto Reina (Herrera), Rufina Alfaro, Macaracas y Llano de Piedra, en la provincia de Los Santos, han enfrentado interrupciones operativas. Las dos últimas se alimentan del río Estibaná, un afluente del contaminado río La Villa.
“La afectación ha sido operativa y microbiológica. Con la llegada de las primeras lluvias, aumentó considerablemente la carga de coliformes fecales, Escherichia coli y nemátodos en el agua cruda. Este volumen sobrepasó la capacidad de tratamiento de las plantas”, explicó el funcionario.
El diseño original de estas infraestructuras permite manejar turbiedad y niveles microbianos moderados, pero no eventos extremos como el actual.
¿Qué riesgos enfrenta la población?
Aunque el agua sigue siendo tratada conforme a la normativa COPANIT 21-2019, el Idaan no puede garantizar la ausencia total de nemátodos, por lo que se ha recomendado hervir el agua antes de consumirla o utilizarla para higiene bucal y preparación de alimentos.
“El agua no está contaminada con desechos peligrosos, ni es perjudicial para el baño o la limpieza. El problema es exclusivo para el consumo humano directo, por precaución ante la posible presencia de nemátodos”, puntualizó.
También desmintió rumores sobre la presencia visible de parásitos en los grifos: “No es cierto que el agua esté llena de gusanos. Los nemátodos son microorganismos naturales de los ríos. Su concentración actual es atípica debido al estado ambiental del río La Villa”.
¿Qué está causando esta crisis?
Vásquez señala directamente a la falta de protección ambiental en la cuenca del río La Villa como la raíz del problema.
“El problema no es la planta, el problema es la cuenca. Las plantas están diseñadas para potabilizar, no para depurar aguas con carga orgánica elevada como si fueran plantas de tratamiento de aguas residuales”, advirtió el funcionario.
En 2024, la situación fue más manejable gracias a las lluvias en la cabecera del río, que ayudaron a una limpieza natural. Este año, sin embargo, las precipitaciones han sido más localizadas en zonas bajas, reduciendo esa capacidad de autodepuración.
¿Qué acciones se están tomando?
A pesar de las condiciones adversas, el Idaan mantiene operativas las cuatro plantas bajo estrictos controles de calidad y monitoreo constante. El 9 de junio se activaron las alertas técnicas que llevaron a suspender parcialmente la producción, evitando un colapso total del suministro.
“A partir del 10 de junio ya no podíamos garantizar la ausencia de nemátodos. Por eso se recomendó hervir el agua. No hubo brotes de enfermedades reportados, según el Minsa”, señaló.
Actualmente, todas las plantas están trabajando a su capacidad total, aunque con monitoreo constante de la carga microbiana.
¿Hay nuevas fuentes de agua en estudio?
Consultado sobre soluciones a largo plazo, Vásquez confirmó que existen estudios preliminares para nuevas fuentes de captación, pero no hay decisiones ni obras concretas aún.
También subrayó que la administración de la cuenca no corresponde al Idaan, sino a otras entidades del Estado: “El Idaan es usuario de esa cuenca. Nosotros tratamos el agua, pero no controlamos su calidad de origen. Sin una acción interinstitucional real, estamos solo mitigando síntomas”, acotó.
El funcionario finalizó con un mensaje de tranquilidad, pero también de responsabilidad ciudadana: “El agua del grifo no representa un peligro inminente. Se puede usar para bañarse, lavar y limpiar. Solo hay que tomar precauciones con el consumo directo. Y lo más importante: debemos proteger la cuenca para que este no sea un problema anual”.
La advertencia del Idaan sobre la situación en Azuero pone en evidencia un problema estructural que va más allá de las plantas potabilizadoras: la degradación ambiental de la cuenca del río La Villa. Si bien las autoridades aseguran que el agua es segura para usos domésticos y de higiene, recomiendan medidas de precaución para el consumo humano.
La solución, según el experto en agua potable, no depende únicamente de mejorar los sistemas de tratamiento, sino de una acción interinstitucional que priorice la protección del recurso hídrico desde su origen.
