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El toque virtual en la educación médica: clases y profesores a distancia en universidad particular

El toque virtual en la educación médica: clases y profesores a distancia en universidad particular
La oportunidad de obtener una plaza de interno de medicina en hospitales y centros de la CSS y el MINSA depende de la calidad de la formación médica, la cual es crucial en la prueba de certificación básica en medicina. Elysée Fernández

Estudiar medicina en una universidad particular y en una pública presenta diferencias significativas, tanto en aspectos positivos como negativos. Sin embargo, más allá de las condiciones ofrecidas por las instituciones, es el esfuerzo personal del estudiante el que juega un papel crucial en el proceso de aprendizaje. Aunque existen diversas formas de enseñanza, la calidad y el enfoque de cada institución pueden influir profundamente en la formación de los futuros médicos.

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En este contexto, la situación de la educación médica en Panamá ha generado preocupación, especialmente a raíz de los resultados de las pruebas de certificación básica en medicina. Un estudiante de una universidad privada, que prefirió mantener su identidad en reserva, compartió con La Prensa sus inquietudes sobre la calidad educativa que recibe y cómo esto impacta en su formación. Sus comentarios reflejan la realidad de muchos otros estudiantes que enfrentan desafíos similares en su camino hacia la obtención del título.

Una de las críticas planteadas está relacionada con la modalidad virtual en la que se imparten algunas materias. A pesar de los avances tecnológicos, el joven estudiante señala que la falta de contacto directo con los docentes y la escasez de oportunidades para realizar prácticas clínicas adecuadas generan frustración.

En particular, este fenómeno se observa en materias como neurología, donde el profesor encargado de las clases dicta las lecciones de manera remota desde su consultorio, sin ninguna interacción cara a cara con los estudiantes, manifestó.

El estudiante de medicina indicó que al consultar sobre esta situación la respuesta fue que entre este profesor y la universidad hay un acuerdo para impartir clases virtuales en lugar de presenciales se basa, en la alta demanda de su especialidad.

No obstante, sostuvo que esto ha tenido consecuencias negativas para los estudiantes, quienes sienten que la enseñanza virtual les impide desarrollar las habilidades clínicas necesarias para enfrentar situaciones reales en el ámbito hospitalario. La carencia de contacto directo limita la capacidad de los estudiantes para aclarar dudas y practicar lo aprendido en un entorno más cercano a la realidad profesional.

El estudiante comentó que “cuando los profesores son así, yo no les meto empeño. Ni siquiera me acuerdo de ellos porque no les veo la cara.” Esta desconexión refleja la falta de motivación y compromiso por parte de algunos estudiantes hacia la materia, un fenómeno cada vez más frecuente debido a la modalidad virtual. La ausencia de interacción directa ha reducido el nivel de participación en clase y ha dejado en evidencia una desconexión con los docentes, lo que resulta preocupante cuando se trata de formar médicos competentes.

El toque virtual en la educación médica: clases y profesores a distancia en universidad particular
La Prensa tuvo acceso a las clases por zoom brindadas por los doctores especialistas a los estudiantes de medicina. Cortesía

Otro factor que agrava esta situación es el tipo de contratación de los profesores, que no cuentan con contratos permanentes. Muchos de ellos son contratados por cuatrimestres o por materia, lo que genera una falta de compromiso con la enseñanza. En lugar de establecer una relación continua con la universidad y los estudiantes, estos docentes se limitan a cumplir con su responsabilidad mínima, sin involucrarse profundamente en el proceso educativo.

El estudiante explicó: “al parecer, la universidad no les da el incentivo que sienten que vale su tiempo, así que simplemente nos hacen a un lado.” La falta de un contrato fijo y la rotación constante de profesores generan una sensación de inestabilidad en la enseñanza, lo que afecta negativamente la calidad de la formación que los estudiantes reciben.

Además, la escasa práctica clínica disponible es otra de las grandes preocupaciones. A pesar de que los estudiantes pagan una matrícula mensual de mil dólares, solo tienen acceso a dos semanas de rotación en hospitales por cuatrimestre, lo cual consideran insuficiente para una formación completa. Las rotaciones son esenciales para adquirir experiencia en el trato con pacientes y para poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula.

En muchos casos, los estudiantes han tenido que buscar médicos dispuestos a aceptar rotaciones adicionales fuera del programa oficial de la universidad, lo que genera una carga adicional. Esto refleja las carencias en la estructura educativa, que no ofrece suficientes oportunidades para que los estudiantes se enfrenten a situaciones reales en el ámbito hospitalario, mencionó otro estudiante que prefiero el anonimato.

Aunque la universidad cuenta con instalaciones modernas, como laboratorios y un hospital simulado, los estudiantes afirman que el uso de estos recursos es mínimo. “Nos dicen que tenemos laboratorios de simulación, pero los hemos usado muy pocas veces, a pesar de que pagamos”, señaló el estudiante.

Otro problema identificado es la falta de bibliografía oficial en algunas asignaturas, lo que deja a los estudiantes sin una fuente de referencia clara para sus estudios. Esto genera situaciones de confusión cuando los contenidos de los exámenes no coinciden con lo enseñado en clase, lo que dificulta que los estudiantes puedan prepararse adecuadamente.

Un estudiante lo explicó de esta forma: “si el profesor dice algo en clase y en el examen nos pone una pregunta diferente, no tenemos forma de demostrarle que está equivocado.” Esta falta de una bibliografía clara y oficial hace que los estudiantes se enfrenten a situaciones injustas y los deja sin las herramientas necesarias para validar sus conocimientos.

Ante estas quejas, los estudiantes han planteado sus preocupaciones ante la dirección de la carrera, quienes justifican la modalidad virtual y la contratación de los docentes como una respuesta a la alta demanda de especialistas en el país. No obstante, los estudiantes cuestionan esta explicación, ya que otras especialidades con alta carga de pacientes, como gastroenterología y cardiología, sí han tenido clases presenciales.

A pesar de que se han presentado estas inquietudes, el decano de la facultad aún no ha tenido contacto directo con los estudiantes para discutir estas problemáticas, lo que ha aumentado la sensación de abandono y desinterés por parte de la administración.

La experiencia en la UP

Mientras tanto, los estudiantes de la Universidad de Panamá, como Elis Pitano y Guillermo Corrales, comparten con La Prensa sus experiencias. Aunque las clases virtuales son una opción de respaldo, las protestas y disturbios en la vía Simón Bolívar o Transístmica han sido los principales factores que han afectado el acceso a la universidad, lo que ha llevado a la implementación de clases virtuales en situaciones excepcionales.

Pitano y Corrales señalan que, como estudiantes de una institución pública, enfrentan una presión constante para mantener sus calificaciones dentro de los estándares requeridos. “Aunque no vivimos con miedo, sí tenemos una constante preocupación por mantener nuestras calificaciones al nivel requerido. Esta presión nos obliga a mantenernos enfocados y motivados”, afirmaron.

Desde la pandemia, la Facultad de Medicina de la UP ha vuelto a la modalidad presencial. Sin embargo, las clases virtuales se utilizan en situaciones excepcionales. “La regla ha sido siempre la presencialidad, pero la virtualidad es una opción de respaldo”, mencionó uno de los estudiantes. Aunque las clases presenciales son más interactivas y favorecen la comunicación directa con los docentes, la modalidad virtual ha permitido que los estudiantes sigan adelante a pesar de las dificultades externas.

La decana de la facultad y la Asociación de Estudiantes de Medicina de la UP han tomado medidas para garantizar que las clases no se interrumpan debido a las protestas. “Cuando las protestas duran uno o dos días a la semana, la decana se asegura de que los estudiantes sigan aprendiendo a través de clases virtuales”, explicó un estudiante. La flexibilidad de las clases virtuales ha sido esencial para asegurar que los estudiantes continúen su formación médica sin retrasos.

La educación médica en Panamá requiere una reflexión profunda sobre la calidad de sus métodos y recursos, para asegurar que los futuros médicos estén mejor preparados para enfrentar los retos de la profesión.


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