En su conferencia semanal de hoy, el presidente de la República, José Raúl Mulino, no ocultó su frustración ante la situación de la educación pública en Panamá.
Con palabras contundentes, Mulino calificó la situación actual como “una vergüenza” y subrayó el gran desfase entre la calidad educativa en las escuelas públicas y el avance de los estudiantes que asisten a colegios privados.
“Es una vergüenza la educación pública en este país. No me escondo en decirlo”, afirmó Mulino, quien no dudó en resaltar las disparidades entre ambos sistemas educativos.
Según el mandatario, mientras los estudiantes de colegios privados avanzan, los de la educación pública se ven limitados por las deficiencias del sistema.
A pesar de que muchos de los estudiantes en colegios privados no provienen de familias adineradas, muchas familias panameñas hacen un esfuerzo titánico para pagar la educación de sus hijos debido a la falta de calidad que perciben en la educación pública.

El presidente también abordó la problemática de las huelgas docentes, que han paralizado el sistema educativo durante más de 40 días. Mulino expresó su molestia ante lo que consideró “una irresponsabilidad” por parte de ciertos gremios, que, en lugar de buscar transformar la educación, han optado por paralizar el sector.
En relación con la huelga, el presidente señaló que la Ley 462 no afecta a los maestros de ninguna manera y que las protestas tienen un fuerte componente político, ajeno a las necesidades reales del sistema educativo.
“Llevamos más de 40 días de huelga por una causa que no tiene justificación. La Ley 462 no afecta a los maestros de este país, ni los perjudica de ninguna manera”, comentó el presidente.
Mulino también mostró su desdén por los métodos utilizados por algunos sectores para presionar al gobierno, afirmando que, al final, los huelguistas “ya se cansarán de marchar y de coger aguaceros”.
En un mensaje directo a los educadores en paro, Mulino indicó que el Estado panameño no pagará los días de huelga. “El que quiere huelga, que le apague su bolsillo. El Estado no le va a pagar a quienes no hayan trabajado”, puntualizó el presidente.
La situación de la educación pública se presenta como un desafío urgente para el gobierno panameño. Mientras algunos sectores buscan soluciones a través de paros y protestas, el presidente Mulino insiste en la necesidad de un cambio radical en el sistema educativo.

Para el mandatario, los educadores deben comprometerse en un proceso de transformación real, lejos de intereses políticos o ideologías radicales.
El futuro de la educación en Panamá depende de la voluntad de todos los actores involucrados para avanzar hacia una educación de calidad para todos los estudiantes, sin importar su origen.