La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que, hasta el 25 de noviembre de 2024, se han confirmado 11,634 casos de enfermedad por el virus de oropouche en la región de las Américas, incluidos dos fallecidos. Los casos se distribuyen en diez países y un territorio: Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Guyana, Panamá, Perú y las Islas Caimán.
Desde la última actualización del 23 de agosto, Ecuador, Guyana, Panamá y las Islas Caimán se han sumado a la lista de territorios afectados. Además, se han identificado casos importados en Canadá, Estados Unidos y algunos países de Europa.
Panamá registró un caso
En Panamá, el 15 de noviembre de 2024, el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) confirmó un caso de fiebre por el virus de oropouche en un paciente masculino de 31 años. La detección se realizó a través del análisis de una muestra inicialmente negativa al virus del dengue, recolectada durante la semana epidemiológica 36.
COMUNICADO | A través del Departamento Nacional de Epidemiología, en conjunto con el Instituto Conmemorativo Gorgas, reportaron un caso de Fiebre Oropouche en un masculino de 31 años, que actualmente se ha recuperado. #MinsaPanamá pic.twitter.com/Sn7vA7cmUl
— Ministerio de Salud de Panamá (@MINSAPma) November 16, 2024
Jean Paul Carrera, presidente de la Sociedad de Epidemiología y Modelaje Matemático y virólogo del Icges, indicó que este virus no es nuevo en el país. El primer caso fue detectado el 24 de agosto de 1989, durante un brote de enfermedad similar al dengue en Bejuco, Chame. “Genéticamente, las cepas de oropouche en Panamá pertenecen al linaje 3, compartiendo similitudes con algunas cepas de Brasil”, explicó.
Carrera detalló que el virus de oropouche es un arbovirus perteneciente a la familia Peribunyaviridae y fue identificado por primera vez en 1955 en Trinidad y Tobago, en una región conocida como la Vega de oropouche. Su primer brote significativo ocurrió en 1961 en Belém do Pará, Brasil. Desde entonces, se han registrado al menos 30 brotes en diversas áreas de la cuenca amazónica.
Por su parte, el infectólogo, epidemiólogo e investigador clínico Xavier Sáez-Llorens sostuvo que lo más preocupante de la fiebre de oropouche es que la infección en mujeres embarazadas puede asociarse con la muerte fetal y el desarrollo de anomalías congénitas.
Sáez-Llorens explicó que el cambio climático y la acumulación de basura favorecen la proliferación del vector Culicoides paraensis (jején) y, en menor medida, del Culex quinquefasciatus. Además, señaló que el tránsito y la migración de personas procedentes de áreas endémicas contribuyen a la introducción del virus en nuestro territorio.
Es importante destacar que el virus es endémico en áreas selváticas y pantanosas, donde es transportado por aves y mamíferos que actúan como reservorios, manteniendo su circulación y contagiando a los seres humanos que habitan o transitan por estas zonas.
Actualmente, no hay un tratamiento específico para el virus. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan descanso, hidratación adecuada y el uso de analgésicos como acetaminofén para aliviar el dolor y la fiebre.
En los casos más graves, podría ser necesaria atención médica adicional o incluso hospitalización. El oropouche se confirma mediante pruebas de laboratorio, ya que no existe una prueba rápida.