Las autoridades de salud en Panamá se mantienen en alerta ante el riesgo potencial de que lleguen al país casos de fiebre amarilla, debido a su cercanía con Colombia, donde se han registrado brotes con una tasa de letalidad del 41.1 %.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Colombia se han reportado un total de 56 casos, incluidos 21 fallecimientos.
Reina Roa, directora general de Salud del Ministerio de Salud (Minsa), aclaró que en Panamá no se ha reportado ningún caso reciente de fiebre amarilla; los últimos casos registrados datan de 1974. No obstante, como medida preventiva, se han iniciado campañas de vacunación en regiones fronterizas como Darién, la comarca Guna Yala y Panamá este.
Además, se ha establecido que, ante la aparición de un caso confirmado, este será trasladado al Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos, ubicado en el sector de 24 de Diciembre, donde se cuenta con un área especializada en el cuarto piso, equipada con medidas de bioseguridad para su atención, explicó Roa.
La funcionaria también señaló que ya se iniciaron las capacitaciones al personal médico y la preparación hospitalaria para atender casos potenciales.
“Estamos trabajando en la actualización del personal médico en el abordaje de la fiebre amarilla, porque Panamá no registra casos desde 1974. Por lo tanto, tenemos generaciones de profesionales que nunca han visto un caso de esta enfermedad”, explicó Roa.
En este sentido, se está coordinando con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y con Brasil, donde el pasado miércoles 7 de mayo se inició una capacitación virtual para entrenar al personal de salud.
El Ministerio de Salud declara emergencia sanitaria por fiebre amarilla en el país. Como medida prioritaria de protección, todas las personas desde los 9 meses de edad en adelante, sin límite de edad, deben vacunarse si viven o van a viajar a zonas de riesgo.
— MinSalud Colombia 🇨🇴 (@MinSaludCol) April 21, 2025
La fiebre amarilla… pic.twitter.com/3EnSnpxsCp
El director general del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), Nicanor III Obaldía Rodríguez, destacó que también se está reforzando la vigilancia en primates, especialmente en el mono aullador, como centinelas de la posible presencia del virus. Los primates constituyen el principal reservorio del virus de la fiebre amarilla en las selvas tropicales.
Obaldía señaló que, en el marco del Congreso Gorgas 2025, que se celebrará en agosto, se contará con la participación de la directora del Instituto Nacional de Salud de Colombia, quien dictará una conferencia sobre el abordaje de la fiebre amarilla selvática y la amenaza de su transición a entornos urbanos.
El Instituto Conmemorativo Gorgas mantiene capacidades diagnósticas que, junto con la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud, permitirán una respuesta inmediata ante cualquier caso sospechoso.
Por otro lado, Panamá colabora con Colombia mediante el envío de un experto en entomología, a solicitud de la OPS, para estudiar el comportamiento del mosquito vector en ese país.
En cuanto a los síntomas de la fiebre amarilla, estos se asemejan a los de otras enfermedades transmitidas por arbovirus: fiebre, dolor de cabeza, malestar general y dolores articulares.

Las autoridades de salud recomiendan que, ante estos signos, los ciudadanos acudan a los centros médicos para realizarse las pruebas correspondientes. Si los resultados son negativos para dengue u otros arbovirus como el oropouche, se procede a investigar la posibilidad de fiebre amarilla. En zonas endémicas, el primer paso es descartar malaria.