En los últimos días, los resultados del examen de certificación básica para egresados de medicina de universidades públicas y privadas del Consejo Interinstitucional de Certificación Básica en Medicina han captado la atención pública. Esta prueba, que se realiza tres veces al año (enero, mayo y agosto), revela datos que han sorprendido tanto a estudiantes como a las autoridades académicas y gubernamentales, pues por años se han mantenido de forma confidencial.
Paulino Vigil De Gracia, director nacional de Docencia e Investigación de la Caja de Seguro Social (CSS), expresó a La Prensa su asombro por la falta de publicaciones previas sobre estos resultados acumulados. “Algunos estarán felices con los resultados, otros no, y algunos analizarán la situación con más profundidad”, comentó.
Para Vigil De Gracia, la difusión de estos datos representa una oportunidad para mejorar la calidad educativa en el país. Destacó que, si bien las universidades públicas muestran un desempeño mayormente positivo, el bajo rendimiento de algunas universidades privadas exige una revisión urgente de sus programas de formación.
Según los resultados, Vigil De Gracia indicó que la Universidad de Panamá (UP) tiene un porcentaje de aprobación del 95%, mientras que la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi) alcanza el 71%. En contraste, todas las universidades privadas presentan un panorama más preocupante, con un promedio de aprobación de solo el 43%. Esta brecha evidencia la necesidad de fortalecer la formación médica en las instituciones privadas para garantizar una educación de calidad.
Vigil De Gracia subrayó que estos resultados deben servir como un llamado de atención para que las universidades privadas revisen sus métodos de enseñanza y mejoren sus programas académicos. Mientras las universidades públicas se consolidan como la mejor opción para quienes buscan una formación médica sólida, las privadas enfrentan el reto de aumentar su competitividad y nivel educativo.
Uno de los aspectos más comentados es el puntaje mínimo para aprobar, fijado en 41.5. Vigil de Gracia explicó que el examen de certificación médica en Panamá sigue estándares internacionales, por lo que su dificultad no debe compararse con los exámenes universitarios tradicionales. En otros países, como Estados Unidos, el puntaje medio puede ser más alto, pero en Panamá la prueba está diseñada para evaluar a los futuros médicos en áreas clave que responden a las necesidades del sistema de salud local.
El nivel de complejidad del examen en el país es de 6, y hay estudiantes que pueden hacer varios intentos para aprobarlo. Aunque algunos tardan varios años en lograrlo, siempre tienen la oportunidad de volver a presentarlo, dijo.
Además, quienes aprueban el examen acceden al sistema de “viva voz”, un mecanismo que les permite elegir su plaza de internado según su puntaje, dando prioridad a quienes obtienen mejores calificaciones.
Regulación y futuro del examen
El Ministerio de Educación (Meduca) y el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de Universidades de Panamá (Coneaupa) son los encargados de supervisar que las universidades brinden una formación adecuada. Por su parte, el Ministerio de Salud es responsable de la certificación profesional una vez que los estudiantes culminan su carrera y aprueban el examen.
Finalmente, surge una pregunta: ¿qué pasaría si se elevara el puntaje mínimo de aprobación? De ser así, el porcentaje de reprobados aumentaría, lo que generaría aún más debate sobre la calidad de la educación médica en el país, enfatizó Vigil De Gracia.
La situación fue puesta en conocimiento de la presidenta de la Comisión Nacional de Docencia de Médicos Residentes e Internos del Minsa, Mayra Abbod, a través de una carta enviada el 12 de diciembre por el presidente y la secretaria del Consejo Interinstitucional de Certificación Básica en Medicina.
En la misiva, los firmantes expresaron su preocupación por el incremento de aspirantes al internado médico y la limitada capacidad de formación en las instituciones de salud del país. El informe, al que este medio tuvo acceso, incluye 13 tablas con datos de los exámenes realizados en los últimos años y un análisis que evidencia una tendencia alarmante.
En conclusión, el examen de certificación médica sigue siendo una herramienta clave para garantizar que los futuros médicos estén preparados para los retos del sistema de salud. Si bien las universidades privadas tienen importantes áreas de mejora, también tienen la oportunidad de fortalecer su enseñanza.
Este medio buscó la versión de la presidenta de la Comisión Nacional de Docencia de Médicos Residentes e Internos del Minsa, Abbod, pero no contestó.
Aquí puede acceder a los datos completos: