El ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, denunció que el personal de salud enviado a Chiriquí Grande, provincia de Bocas del Toro, para atender la crisis sanitaria, fue rechazado y agredido verbalmente por manifestantes, quienes impidieron que realizaran su labor y entregaran medicamentos a la población afectada
Boyd Galindo explicó que el equipo llegó tras la aprobación de una intervención prevista para el lunes, pero fue recibido con insultos y un rechazo categórico que impidió el acceso y la prestación de atención médica. “Los médicos no pudieron trabajar, no dejaron que llegaran los medicamentos ni la atención”, lamentó el ministro.
El funcionario reiteró que el Ministerio de Salud (Minsa) se encuentra en proceso de preparación para atender a toda la población de la zona, con la próxima inauguración de tres centros de salud y la reapertura de varios puestos médicos que habían estado abandonados durante años.
Boyd Galindo hizo un llamado urgente a abrir las calles bloqueadas, ya que la situación representa un grave problema de salud pública que afecta la vida de los panameños. “Si no abren las calles, vamos a tener problemas graves de salud”, advirtió.
El ministro alertó sobre el riesgo inminente de una epidemia, ya que la falta de acceso ha impedido la construcción de pozos necesarios para proveer agua potable, y muchas personas se ven obligadas a consumir agua contaminada proveniente de las calles o de reservorios improvisados.

La crisis ya ha dejado consecuencias visibles: más de 500 personas han sufrido problemas gastrointestinales y, lamentablemente, una niña falleció a causa de esta situación sanitaria. Boyd Galindo enfatizó que este escenario no puede continuar y urgió a la comunidad a colaborar para evitar un brote epidémico mayor.