Un equipo internacional de investigadores ha documentado por primera vez un comportamiento inédito entre primates en la isla Jicarón, en el Parque Nacional Coiba, frente a la costa del Pacífico panameño.
Se trata de monos capuchinos cariblancos (Cebus capucinus imitator) que secuestran y cargan crías vivas de monos aulladores (Alouatta palliata coibensis), una especie con la que comparten hábitat.
El fenómeno fue captado mediante cámaras trampa instaladas desde 2017 por el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (MPI-AB) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), quienes originalmente estudiaban el uso de herramientas en los capuchinos. Las primeras imágenes de este comportamiento surgieron en enero de 2022 y se repitieron hasta mediados de 2023.
Los investigadores detectaron que un macho subadulto, apodado “Joker”, fue el primero en cargar bebés aulladores, y que pronto otros capuchinos jóvenes imitaron esta conducta.
En total, al menos 11 crías fueron transportadas por monos capuchinos durante ese período, a veces hasta por nueve días consecutivos. Los capuchinos continuaban con su comportamiento habitual mientras llevaban a los infantes, que se aferraban a sus espaldas o vientres.
Aunque en un inicio se pensó que podía tratarse de un acto de adopción, lo inusual fue que solo los machos realizaron esta práctica, y no había ningún beneficio claro para ellos. Además, no se observó que lastimaran a las crías, pero tampoco podían alimentarlas, lo que llevó a la muerte de varios de los bebés por desnutrición.
“No hay precedentes de este comportamiento en ninguna otra población de capuchinos ni en otras especies de primates”, dijo Zoë Goldsborough, investigadora doctoral del MPI-AB, en una publicación compartida este lunes 19 de mayo de 2025 por el Smithsonian.
El equipo lo ha descrito como una posible “moda cultural” o tradición social, que se difundió rápidamente entre los jóvenes del grupo mediante el aprendizaje social.
El grupo de capuchinos involucrado es el mismo que ha mostrado habilidades para usar piedras como herramientas, algo poco común entre primates en la región. Los científicos sugieren que la falta de depredadores, la abundancia de recursos y el entorno seguro de Jicarón podrían estar facilitando estos comportamientos innovadores.
“Tal vez el aburrimiento y el tiempo libre, más que la necesidad, sean el motor de esta invención”, comentó Meg Crofoot, directora del MPI-AB. Para los investigadores, este comportamiento plantea nuevas preguntas sobre la complejidad social y cultural en los primates.
El hallazgo también podría tener implicaciones en la conservación, ya que los monos aulladores de Jicarón están considerados en peligro de extinción. El equipo continúa analizando los datos para determinar si esta tradición persiste y si podría representar una amenaza para la población de aulladores en el Parque Nacional Coiba.