El Ministerio de Cultura retomó las obras de restauración del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz (MARTA), tras haber estado paralizadas desde el año 2023.
El proyecto, que incluye la rehabilitación del edificio histórico, la construcción de un nuevo espacio para la conservación de piezas, la urbanización del entorno y la museografía, se encontraba detenido desde la administración anterior. El avance fue posible luego del refrendo de una adenda al contrato original, lo que permitió reanudar las actividades.
Uno de los primeros logros tras este reinicio fue la finalización del proceso de clasificación y acondicionamiento de las más de 26 mil piezas que integran la colección del museo. Esta etapa marca el inicio formal del diseño museográfico, paso clave hacia su reapertura.

Según el Ministerio de Cultura, el costo total de la obra asciende a 20,785,432.73 dólares, monto financiado por el Estado panameño mediante un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Las autoridades estiman que los trabajos concluirán hacia finales de 2026.
El patrimonio
Para los especialistas en patrimonio histórico, esta estructura no es un museo cualquiera. Es uno de los principales guardianes del patrimonio nacional y resguarda testimonios tangibles de la historia panameña, desde la época precolombina hasta la contemporaneidad. Sus piezas relatan tradiciones, cosmovisiones y modos de vida ancestrales que han dado forma a la sociedad actual.
Además de reabrir como centro de exhibición, el museo contará con un laboratorio de conservación, espacios para talleres y conferencias, y programas de museografía. Su impacto se proyecta más allá del ámbito cultural: se espera que dinamice la economía creativa del Casco Antiguo y genere empleo para guías, artesanos y operadores turísticos locales.
La restauración del MARTA también responde a compromisos internacionales adquiridos por el Estado panameño, como la Agenda 2030 de la ONU y las directrices de la Unesco sobre la salvaguardia del patrimonio.

El edificio del museo permanece cerrado desde 2013. No fue sino hasta 2020 cuando se dio inicio a las obras de restauración, las cuales han enfrentado múltiples tropiezos. Entre los principales factores que han ralentizado el proyecto figuran retrasos en la entrega del anticipo financiero, cambios de contratista y hallazgos arqueológicos imprevistos.
Los hallazgos
En particular, se descubrieron estructuras subterráneas durante las obras, lo que obligó a realizar estudios arqueológicos adicionales y trabajos de refuerzo para garantizar su conservación. A esto se sumaron las gestiones legales para ceder el contrato a un nuevo consorcio y la posterior tramitación de la adenda refrendada por la Contraloría General de la República.
Pese a estos retrasos, el Ministerio de Cultura, a cargo de María Eugenia Herrera, asegura que las colecciones han sido resguardadas adecuadamente. Cada pieza fue inventariada, embalada y documentada conforme a protocolos internacionales de conservación preventiva. Algunas incluso recibieron tratamientos especializados de restauración durante el período de cierre.
Las piezas más frágiles, como textiles, orfebrería y objetos orgánicos, están almacenadas en depósitos con control de temperatura y humedad. Otras, de alto valor histórico, permanecen bajo custodia del Banco Nacional de Panamá, en bóvedas de alta seguridad. Además, se realizan inspecciones periódicas para garantizar su buen estado hasta que sean reinstaladas.