La Cuenca Hidrográfica del río Pacora 146, fuente vital de agua potable para miles de residentes del sector de Panamá este, está siendo severamente afectada por diversos focos de contaminación. El Ministerio de Ambiente (Miambiente), a través del Equipo Especializado en Denuncias Rápidas (SWAT) de la Dirección de Verificación del Desempeño Ambiental (Diveda), ha realizado una serie de inspecciones técnicas que han puesto al descubierto una alarmante situación ambiental.
Desde febrero de 2025, los equipos técnicos de Miambiente han recorrido más de 50 kilómetros a lo largo de los ríos Pacora, Utivé, Tataré y Cabra, con el objetivo de identificar puntos críticos de contaminación que amenazan la calidad del agua y el equilibrio ecológico de esta importante cuenca. Durante las inspecciones, se descubrieron prácticas ilegales y un manejo inadecuado de los recursos hídricos que están acelerando la degradación del entorno.
Uno de los hallazgos más preocupantes fue la identificación de siete plantas de tratamiento de aguas residuales de uso residencial que operan sin los permisos de descarga correspondientes. Estas instalaciones, que deberían estar reguladas para evitar la liberación de contaminantes al agua, representan un grave riesgo para la salud de los ecosistemas acuáticos y la población.
En otro punto de las inspecciones, se encontraron tres porquerizas con un manejo deficiente de sus aguas residuales, lo que genera una contaminación directa de los afluentes. Estos vertidos no solo afectan la calidad del agua, sino que también pueden tener consecuencias sobre la salud humana, al contaminar fuentes utilizadas para el consumo de las comunidades cercanas.
La acumulación de sedimentos en diversos puntos de los ríos también es una de las preocupaciones principales, ya que este fenómeno altera el caudal natural del agua y favorece la degradación ecológica. Además, la presencia de residuos sólidos en zonas ribereñas es otra problemática que compromete aún más la salud de los ecosistemas acuáticos.
Ante esta grave situación, Miambiente ha tomado cartas en el asunto e iniciado cinco procesos administrativos contra una promotora de vivienda responsable de las plantas de tratamiento ilegales. La empresa en cuestión ha recibido un plazo de 15 días calendario para regularizar la situación ante el Laboratorio de Calidad Ambiental y presentar la notificación oficial de las barriadas construidas en la zona.

Karina Camarena, técnica del proyecto Coordinación de Identificación y Mitigación de Diveda, explicó que estas inspecciones forman parte de un esfuerzo integral para recopilar información sobre la calidad del agua en la cuenca y aplicar medidas correctivas que permitan su recuperación.
A medida que avanzan los operativos, los equipos de Miambiente seguirán monitoreando la zona y trabajando en conjunto con otras instituciones para garantizar la protección sostenible de este recurso vital.
El caso de Azuero
El panorama de la Cuenca del río Pacora no es único. En la región de Azuero, la situación es igualmente alarmante. Desde mayo de 2025, la alta contaminación de los ríos La Villa y Estibaná ha llevado a la suspensión de la operación de varias plantas potabilizadoras, afectando a miles de residentes que aún carecen de acceso a agua potable. Este problema es el resultado de un manejo deficiente de las aguas residuales y la escorrentía agrícola, similares a lo que ocurre en la cuenca del Pacora.
En Azuero, la falta de agua potable ha obligado a la población a recurrir a fuentes alternativas, como camiones cisternas, o incluso a comprar agua, lo que representa un gasto adicional y una carga económica considerable. La contaminación por nemátodos, mencionada por el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), también ha elevado las preocupaciones de salud pública en la región.

Los problemas de contaminación en la Cuenca del río Pacora y en Azuero subrayan la necesidad urgente de acciones preventivas y correctivas que eviten que las fuentes hídricas del país se sigan deteriorando. La protección de estos cuerpos de agua no solo es crucial para la salud pública, sino también para la sostenibilidad ambiental a largo plazo.
Miambiente sigue comprometido con la tarea de mejorar la calidad de las aguas y preservar los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, los resultados dependerán de la colaboración entre el gobierno, las empresas privadas y la ciudadanía para frenar la contaminación y asegurar el acceso a agua potable limpia para todos.