Epasa pierde terreno y edificio por incumplimiento de deuda con Global Bank



Luego de que la sociedad Inmobiliaria TPA, S.A. –a nombre de la que estaban las dos fincas que albergan parte parte de las instalaciones de Editora Panamá América, S.A. (Epasa)– dejó de pagar préstamos por $12 millones contraídos con Global Bank, la empresa Global Financial Funds Corp. –una subsidiaria del banco– remató –por $7.5 millones– ambos inmuebles, dados en garantías mediante un fideicomiso irrevocable de garantía.

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La venta de los inmuebles se dio en subasta pública, en las oficinas de la fiduciaria Global Financial Funds Corp. El traspaso se hizo a favor de la sociedad Sadar Assets Holdings Inc., en octubre de 2023.

En sentencia mixta de julio pasado en el caso New Business, la juez penal Baloisa Marquínez, ordenó la disolución de las sociedades TPHC, Inc., así como de Inmobiliaria TPA, S.A., y el comiso a favor del Estado de las acciones de Epasa, de su administración y de sus instalaciones. Esta sentencia fue ratificada en octubre pasado por el Tribunal Superior de Liquidación de Causas Penales.

Epasa pierde terreno y edificio por incumplimiento de deuda con Global Bank
El Estado recuperó el 40% de las acciones de Epasa. El resto se transferirá una vez quede en firme la sentencia de la jueza Baloisa Marquínez en el caso New Business. Sin embargo, estas acciones no tendrían ningún valor. LP Agustín Herrera

Pero el proceso se dilató, ya que la defensa del principal acusado del caso New Business, el expresidente Ricardo Martinelli, presentó, al menos, 17 recursos ante la Corte Suprema –todos negados o no admitidos, además de un recurso de casación– con los que pretendía anular la sentencia que lo condenó a 128 meses de cárcel y al pago de $19.2 millones por blanqueo de capitales, fondos con los que adquirió las acciones de Epasa en diciembre de 2010, cuando gobernaba el país.

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Edicto de la Corte Suprema de Justicia que no admitió el recurso de casación a favor del expresidente Ricardo Martinelli que pretendía evitar que quedara en firme la sentencia de la jueza Baloisa Marquínez, que lo condena a más de 10 años de prisión y al pago de $19.2 millones por lavado de dinero en el caso New Business.

Conocedores del ramo de fideicomisos explicaron a La Prensa que cuando se entregaron los bienes muebles e inmuebles de Epasa como garantía fiduciaria por los dos préstamos que totalizaban $12 millones, estas fincas dejaron de ser del grupo editorial. “Los bienes de Epasa no debieron entrar en la sentencia [de la jueza Marquínez] porque estaban dentro de un fideicomiso. Esos bienes ya habían sido traspasados a la fiduciaria desde 2011″, precisó una de las fuentes.

La puja por Epasa

En la escritura pública de la subasta de Global Financial Funds Corp. se menciona que, en reunión extraordinaria de la junta directiva de Sadar Assets, se determinó autorizar a la sociedad a participar del remate público.

Esta sociedad compitió en la subasta por los bienes entregados en fideicomiso con la sociedad Propiedades Locales, S.A., inscrita en el Registro Público en marzo de 1997.

Juicio y notificaciones

Aunque Sadar Assets forma parte del mismo grupo económico de Global Bank, una fuente conocedora en fideicomisos de garantías indicó que es un “trámite normal” que empresas vinculadas al mismo grupo económico del banco participen en las subastas de bienes que están en fideicomiso. “Desde un inicio, cuando entregaron el dinero en préstamo a Inmobiliaria TPA, Global Bank colocó a su propia fiduciaria Global Financial. Este es un trámite más costoso, pero rápido al momento del reclamo de los bienes”, en caso de incumplimientos.

“Aquí lo que pudo pasar es que el Global Bank informó a su fiduciaria Global Financial que Inmobiliaria TPA no había cumplido con el pago y esta notificó a la deudora que tenía que cumplir en el término establecido en el contrato de préstamo, de lo contrario, se iría a remate como evidentemente sucedió”, explicó la fuente.

Y así fue. El 10 de mayo de 2023, días antes del juicio del caso New Business (que empezó el 23 de mayo de ese año), Global Bank comunicó a su fiduciaria sobre el incumplimiento de Inmobiliaria TPA. El 12 de mayo, la fiduciaria comunicó a la deudora que mantenía un saldo de más de $10.3 millones y un sobregiro de $84 mil en la cuenta corriente.

Las notificaciones de Global Financial a Inmobiliaria TPA fueron enviadas una el mismo día del juicio –el 23 de mayo– a las instalaciones de Epasa en la vía Ricardo J. Alfaro y otra al día siguiente, a una oficina que también registró la deudora en el PH Green Plaza, en Costa del Este.

En la cláusula octava del contrato de fideicomiso de garantía, se indica que “el fideicomitente y deudor tiene un período de 60 días, a partir de la notificación, para subsanar el incumplimiento”. Ese período venció el 22 de julio, es decir, cinco días después de la sentencia condenatoria del 17 de julio pasado, aunque esta no estaba en firme.

El remate

En efecto, Global Financial Funds Corp. argumentó la venta de la propiedad a Sadar Assets Holdings Inc. al indicar que Inmobiliaria TPA “incumplió el contrato” en sus términos y condiciones sobre las facilidades crediticias, por lo que procedió a ejecutar el cobro, a través de la venta por subasta.

Los inmuebles fueron rematados al cumplirse la tercera convocatoria, describe la escritura pública de venta. El precio de subasta empezó en $6.4 millones. Luego, en el proceso de puja y repuja entre las sociedades Propiedades Locales, S.A. y Sadar Assets Holdings Inc., aumentó el monto a $7.5 millones. Se menciona en la escritura de la subasta que Sadar Assets consignó, al menos, $636 mil, siendo un 10% de la base de la subasta.

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Global Financial Funds Corp. pidió $5.5 millones por la finca donde está el edificio de Epasa, desglosados así: $3.5 millones por el terreno y $2 millones por las mejoras. Por el otro terreno, al no contar con mejoras, solicitó $2 millones. Ambos terrenos fueron traspasados a favor de Sadar Assets, terminando así el contrato de fideicomiso pactado con Inmobiliaria TPA en 2011.

Historia de la deuda

El 23 de junio de 2011, el Banco General canceló –tras saldarse la deuda– las obligaciones y gravámenes constituidos a su favor sobre las dos fincas de Epasa, por la suma de $12.5 millones (hipoteca y línea de crédito que la editora adquirió en 2007). Ese mismo día, Epasa “vendió” las fincas a Inmobiliaria TPA, S.A., sociedad que está actualmente presidida por Luis Eduardo Camacho, uno de los abogados de Martinelli.

En el documento del Registro Público se menciona que días antes, el 16 de junio de 2011, en reunión extraordinaria de Inmobiliaria TPA, se aprobó la “compra” de ambas fincas por tan solo $2.6 millones (ver facsímil). La decisión fue adoptada en asamblea general de accionistas de Epasa, de la cual, tal como se comprobó en el juicio, Martinelli era el accionista mayoritario.

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En esa transacción de “compra-venta” participaron el abogado Ricardo Chanis, en calidad de presidente de la junta directiva de Epasa, y Henri Mizrachi, como secretario. Chanis fue contratado para tramitar la compra de Epasa y fue el arquitecto de la nueva estructura societaria de la casa editorial, la cual, según declaró en febrero de 2020 al Ministerio Público, se trató de ocultar a los nuevos dueños de Epasa tras varias capas de sociedades anónimas.

Chanis agregó que la otra sociedad –TPAHC, Inc.– era la tenedora de todas las acciones de Grupo Epasa, y que Inmobiliaria TPA resguardaba las dos fincas de la casa editorial. Este abogado renunció a sus cargos de presidente y agente residente de Inmobiliaria TPA en noviembre de 2019, al mismo tiempo que lo hizo de los cargos de secretario, tesorero y director de la sociedad TPAHC, Inc.

Tras la inadmisión del recurso de casación de Martinelli el pasado 2 de febrero, –que confirma la sentencia en su contra– el Estado –que mantiene el 40% de las acciones de la empresa– ahora podrá reclamar el 100% de las acciones.

Los préstamos

En julio de 2011, un mes después de que Epasa “vendió” las dos fincas a Inmobiliaria TPA, la nueva tenedora solicitó un préstamo de $10 millones a Global Bank, garantizado por las dos fincas, a través de la figura del fideicomiso irrevocable de garantía. En esta transacción, Global Bank era beneficiario del fideicomiso; Global Financial Funds Corp., el fiduciario, e Inmobiliaria TPA, el fideicomitente. Este préstamo tuvo un plazo de cinco años prorrogables y un periodo adicional por el mismo tiempo.

Sobre esta operación, Chanis dijo a los fiscales que Global Bank pidió que se utilizara una sociedad –Inmobiliaria TPA– para tramitar el préstamo. Agregó que Mizrachi le indicó que los $10 millones solicitados en crédito a Global Bank debían ser devueltos a Martinelli, ya que los había prestado en calidad de “accionista” a fin de saldar el préstamo del Banco General.

Adjuntos

Venta de Epasa.pdf

Tras pagar aquel empréstito, Banco General liberó las acciones de Epasa que tenía en su poder en calidad de garantía prendaria del préstamo de $12 millones, con lo cual se pudo perfeccionar la compra de Epasa.

En noviembre de 2012, Inmobiliaria TPA solicitó $2 millones más a Global Bank, conviniendo el aumento del fideicomiso de garantía sobre las fincas mencionadas. Se pactó que el préstamo se cancelaría en un periodo de cinco años prorrogables.

En julio de 2016, se reportó una modificación en los pagos de los contratos de préstamo y fideicomiso, en los que Greisy Rodríguez firmó como representante de TPA. En el juicio de New Business, Rodríguez afirmó que “en algún momento firmó como directora nominativa” de Epasa, a través de la firma Chanis Asociados, pero aseguró que “nunca participó en las reuniones” de accionistas, que solo le llevaban los documentos para firmarlos.

Simultáneamente, se inscribió una declaración de mejoras sobre una de las fincas de $1.3 millones por “un edificio de planta baja destinado para talleres, depósitos y estacionamientos”, un entrepiso para “oficina de adiestramiento” y una galera de $327 mil. Las mejoras, resalta el documento, incrementarían el valor del terreno a $2.5 millones y del inmueble a $2.3 millones.


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